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Institucionales

Una mirada desde la psicología al trabajo remoto en tiempos de COVID-19

La Dra. Lennia Matos, docente del Departamento de Psicología, lideró una investigación financiada por Fondecyt que analiza los diferentes desafíos que plantea el trabajo remoto que, como ella señala, es uno de emergencia. En esta nota, presentamos los resultados de este estudio que revela, por ejemplo, la responsabilidad que tienen los jefes en este particular contexto.

Vicerrectorado de Investigación

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La pandemia producida por la COVID-19 ha generado el estudio de sus efectos desde diversas disciplinas. Hay necesidad de entenderla y, sobre todo, medir sus consecuencias, no solo médicas, sino también psicológicas y sociales. Una de ellas es el trabajo remoto.

“La COVID-19 ha modificado la manera en que se desarrollan las labores en el trabajo”, advierte la Dra. Lennia Matos, docente del Departamento de Psicología, y coordinadora del Grupo de Investigación en Motivación y Emoción. Así, desde el inicio de la pandemia, el Estado “ha promovido el trabajo remoto en diferentes sectores económicos y esto ha generado diversos retos para las organizaciones. Los trabajadores requieren adaptarse a una nueva manera de trabajar, donde los factores organizacionales, individuales, tecnológicos y familiares generarían impactos en el funcionamiento laboral y en el bienestar”.

Por ello, desde el grupo de investigación, en el 2020, se decidió desarrollar el estudio “Entendiendo el trabajo remoto durante la COVID-19: un estudio sobre contextos laborales (demandas y recursos), necesidades psicológicas básicas, funcionamiento laboral y bienestar/malestar de los trabajadores”, que fue financiado como parte del concurso Proyectos especiales: modalidad – Necesidades emergentes a COVID-19, del Fondo Nacional de Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación Tecnológica (Fondecyt) del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Concytec). Es importante señalar que otros tres proyectos PUCP también recibieron financiamiento como parte del concurso que seleccionó 21 proyectos en total.

Lennia Matos señala que es la primera vez que se financian investigaciones de este tipo desde Fondecyt. Ella lideró la investigación y fue acompañada por el Dr. Rafael Gargurevich, la Lic. Nereida Cerna y el egresado Giampier Guerrero.

La docente explica que el estudio “se centra en cómo las personas realizan el trabajo remoto en un contexto de pandemia, que es, en sí, un trabajo remoto de emergencia, pues, tal como se encontró en la investigación, el 97% de la muestra estudiada no tenía planeado el trabajo remoto, sino que lo hace debido a la COVID-19.

En ese sentido, se hizo necesario definir cómo este nuevo entorno “impactaba en los trabajadores y en su compromiso hacia el trabajo, en el cansancio emocional, en la satisfacción laboral, en la intención de rotación y en el agotamiento de trabajar en casa, entre otros”. Por ello, estudiar el rol de los líderes (jefes) también tenía que ser un aspecto importante y vinculante.

“Fue un trabajo muy intenso pero que surgía de un interés genuino de saber lo que está pasando con las personas que estaban haciendo un trabajo remoto que no había sido planificado”, precisa Matos. La investigación se desarrolló desde julio del 2020 hasta enero del 2021.

Sobre el estudio

El marco teórico utilizado para la investigación es el de la teoría de la autodeterminación (Ryan & Deci, 2017), y la teoría de demandas y recursos (Bakker & Demeouroti, 2007; Demouroti & Bakker, 2011). Luego se decidió investigar a las personas que estén haciendo trabajo remoto. De esta forma, de diferentes instituciones se convocó a profesores universitarios, administradores, trabajadores administrativos e independientes para que participen en el estudio. La muestra estuvo conformada por 1,117 adultos con una edad promedio de 45.5 años. La mayoría trabaja a tiempo completo (83.2%) y reside en Lima (83.6%).

Con el apoyo de la mencionada teoría, “se estudiaron las necesidades psicológicas básicas (NPB), para comprender cómo estas medían las demandas y recursos en el bienestar y el funcionamiento laboral. Y esa teoría plantea que hay tres NPB que tenemos todas las personas, y que necesitamos que se cumplan para poder tener un adecuado desarrollo, crecimiento, funcionamiento y bienestar”.

Las tres necesidades son autonomía (necesidad de la persona de sentirse generadora de su propia acción y que actúa por voluntad propia), sentirse competente (sentirse eficaz y que puede realizar tareas con éxito) y relación (tener relaciones cálidas, sentir que pertenece a la organización, sentirse respetado y valorado). “Es importante que se satisfagan estas tres necesidades para poder tener toda esta serie de consecuencias favorables”, enfatiza.

En ese sentido, agrega, “tener líderes (gerentes, jefes) que apoyen las NPB de los trabajadores tiene un impacto positivo en estos y en los resultados de la organización. Cuando los trabajadores tienen las NPB satisfechas, presentan una motivación de buena calidad, mayor compromiso y bienestar, entre otros resultados y esto también trae beneficios a la organización, como es una mayor productividad”.

Resultados destacados

Los resultados del estudio muestran que “a mayor el estilo de apoyo a la autonomía por parte del líder hacia el trabajador, mayor satisfacción de las necesidades psicológicas, compromiso, desempeño laboral, satisfacción con el trabajo remoto y menor agotamiento emocional, que es parte del burnout o síndrome de estar ‘quemado por el trabajo’”.

En ese sentido, agrega, se debe de promover un estilo de líder que se interese por conocer las perspectivas de su trabajador a cargo, promueva sus iniciativas y brinde oportunidades para que el propio trabajador pueda tomar decisiones.

“El estilo de control del líder o jefe predice en forma directa la intención de rotación y la frustración de las NPB. Un estilo controlador, que obstaculiza las NPB, que puede estar tratando todo el tiempo de vigilar lo que se está haciendo, que no es flexible, que hace uso de amenazas, recompensas o sanciones para motivar a los trabajadores”, en otras palabras, la frustración de las mismas, “favorece un bajo funcionamiento laboral y malestar”, subraya Matos.

¿Qué respondieron los encuestados?
  • El 97% trabaja de manera remota debido a la pandemia.
  • El 93% tiene estudios superiores o de posgrado.
  • El 59% tiene hijos.
  • El 37% trabaja más de 40 horas a la semana.
  • El 50% tiene personas a su cargo.
  • El 48% respondió que hubo reducción de personal o despidos en su trabajo.
  • Al 59% le preocupa su situación financiera.
  • Al 81% le preocupa cómo evolucionará la situación actual en su trabajo.

Otros resultados que se destacan en el estudio están relacionados con el impacto negativo del trabajo remoto en las mujeres durante la pandemia. “Si bien todos hemos tenido una sobrecarga de trabajo, una posible explicación para encontrar estas diferencias es que la sobrecarga de tareas de la casa y de los hijos suele recaer en mayor medida en las mujeres”, refiere. Por ello, explica, “ha sido un desafío adicional equilibrar el trabajo con el cuidado de los hijos, ayudar en la escolaridad remota y hacerse cargo de las tareas del hogar durante la pandemia”.

Por ejemplo, el 48% de mujeres y 36% de los hombres reportan que algunas veces a la semana o todos los días se sienten emocionalmente agotados. Además, el 45% de las mujeres y el 36% de los hombres reportan que las demandas de trabajo interfieren con la vida personal-familiar. El 46% de las mujeres y el 36% de los hombres señalan que la cantidad de trabajo hace que les sea difícil atender los problemas de casa. Y el 44% de mujeres y 32% de los hombres señalan que se sienten exhaustos de trabajar en casa de forma remota.

Sin duda, la pandemia ha marcado un antes y un después en la vida de todas las personas. Por ello, las investigaciones sobre este contexto son necesarias. Así, la Dra. Lennia Matos finaliza que “es importante comprender el fenómeno para brindar recomendaciones que favorezcan el trabajo remoto que se viene desarrollando y trabajar, además, con los líderes (jefes, gerentes) de las organizaciones para que apoyen las necesidades psicológicas básicas de los trabajadores, lo cual favorece tanto a ellos mismos como a la organización”.