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UNA INICIATIVA PARA CONECTARNOS

El Grupo de Telecomunicaciones Rurales (GTR PUCP) y la empresa Waira Energía implementan una microrred híbrida que combina energía solar, eólica y telecomunicaciones satelitales en Laguna Grande, una comunidad pesquera ubicada en la costa de Pisco. Este proyecto innovador impulsa la autogestión comunitaria, ofreciendo un modelo sostenible y replicable para llevar electricidad, y acceso a internet a quienes más lo necesitan.

Vicerrectorado de Investigación
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En Perú, la conectividad digital sigue siendo una asignatura pendiente. Si esta realidad pudiera trazarse en un mapa, se verían zonas encendidas, llenas de luz, junto a vastas regiones en penumbra, donde millones de personas —alrededor del 25% de la población, según datos recientes— aún viven desconectadas. En ese mismo mapa, si hablamos del acceso a la electricidad, aunque la mayoría de peruanos ya cuenta con este servicio, todavía existen áreas donde la cobertura sigue siendo limitada o simplemente inexistente.

En Laguna Grande, una comunidad pesquera ubicada en la costa de Pisco, los pobladores también sufrían las consecuencias de esta desconexión. Vivían en aquella zona de penumbra. Esta realidad comenzó a cambiar cuando el Grupo de Telecomunicaciones Rurales (GTR PUCP) y la empresa Waira Energía unieron esfuerzos para implementar una solución concreta: una microrred eléctrica que combina paneles solares, turbinas eólicas y comunicación satelital.

El diseño de esta propuesta tuvo como objetivo abastecer de energía a la comunidad y brindarle una conexión digital de bajo costo. La implementación de la infraestructura energética estuvo a cargo de Waira Energía. Franco Canziani, su fundador y gerente general, conoce mejor que nadie todos los detalles de esta labor. “La microrred está compuesta por 16 paneles solares, de 575 vatios cada uno, que ocupan un área de 43 metros cuadrados. Además, cuenta con una turbina eólica de 3 metros, que genera 3 kilowatts con un viento de 12 metros por segundo, que se consigue en Paracas”, explica. A esto se agrega un banco de baterías de ion-litio, que otorga una autonomía de un día, y un inversor que transforma la corriente para alimentar una red local con aproximadamente 25 puntos de servicio, todos monitoreados remotamente mediante medidores inteligentes.

Tecnología y autonomía

Otra característica de esta microrred es su gestión comunitaria. La administración del servicio eléctrico está a cargo de un comité local que controla el consumo mediante un dashboard diseñado por el GTR PUCP. “Esta modalidad de gestión comunitaria, de autogestión de los servicios, es un modelo interesante que propicia que las comunidades no dependan de las acciones netamente del sector público o de una empresa, sino que les permite tener sostenibilidad en el tiempo”, comenta el ingeniero Leopoldo Liñán, investigador del GTR PUCP.

La innovación no solo está en la autogestión, sino también en la tecnología que sustenta la microrred. Canziani señala que el sistema es “totalmente supervisable o monitoreable a distancia”. Mediante tres plataformas –meteorología, parámetros eléctricos y medidores inteligentes– se registra, en tiempo real, la producción de energía solar y eólica, el estado de carga de las baterías, y el consumo de los usuarios, datos que quedan almacenados en la nube para facilitar la gestión remota. Esta interconexión es posible gracias al enlace satelital que permite brindar acceso a internet –proporcionado por el servicio Starlink– a 30 familias y a los turistas que lleguen a Laguna Grande y que requieran conectarse a la red.

Uso Total de Datos Starlink – Laguna Grande

Uso Total de Datos Starlink – Laguna Grande

Energía local

Para asegurar la operación y el mantenimiento del sistema, el proyecto incluye una capacitación constante a agentes locales. Un ejemplo es Loana Pisconte, una joven de la comunidad que ha sido instruida para registrar equipos móviles y participar en programas internacionales de formación en telecomunicaciones y energía. La iniciativa no solo provee servicios básicos, sino que impulsa el desarrollo local, facilitando educación a distancia, atención en salud y comercio, gracias a la conectividad. Como señala Liñán: “Esta iniciativa genera un cambio positivo y contagia una actitud optimista en las comunidades vecinas. Muchas piensan: ‘Si ellos pueden gestionarlo, nosotros también’. Y eso es clave, porque las personas siempre aspiran a mejorar sus condiciones de vida, y cuando hay organización, es posible lograrlo”.

La microrred implementada por GTR PUCP y Waira Energía representa una solución sostenible y escalable en otras realidades, con miras a reducir una de las brechas que afectan a la sociedad: la falta de electricidad y de conectividad en zonas rurales. Es una manera eficaz de acercar a las comunidades aisladas a servicios esenciales, a la vez que promueve su autonomía y reduce desigualdades estructurales que aún oscurecen el mapa social de Perú. Laguna Grande, hoy, es un punto de luz en ese mapa.

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