Proyecto Napo: conectividad y salud para la Amazonía rural
En la cuenca del río Napo, en Loreto, se ha instalado una red que ha permitido a las comunidades rurales de la zona facilitar su acceso a servicios de salud y comunicación. Este proyecto ha sido posible gracias al trabajo conjunto del Grupo de Telecomunicaciones Rurales de la PUCP, la Fundación Enlace Hispano Americano de Salud y otras organizaciones.
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¿Cuál podría ser el mejor camino para mejorar los servicios de salud en un área donde no existen o son casi inexistentes los servicios básicos y la energía? Los miembros del Grupo de Telecomunicaciones Rurales (GTR) de la PUCP respondieron a esa interrogante: la telemedicina.
La desarrollan desde el 2007, junto con la Fundación Enlace Hispano Americano de Salud (EHAS), y han trabajado en la instalación de la Red de TeleSalud Rural en la cuenca del Río Napo (Maynas-Loreto) y le han dado el nombre de Proyecto Napo.
¿La finalidad? Mejorar la conectividad, la atención primaria en salud y reducir la mortalidad materno-infantil.
Para el proyecto, se ha montado una infraestructura de telecomunicaciones en la zona. A través de ella, se puede ofrecer el servicio de teleconsulta por teléfono y por videoconferencia sin costo alguno para el sistema de salud y ha logrado ampliar la capacidad de atención en los últimos años.
El acceso a la información, que es un derecho universal, también genera empoderamiento para mejorar las condiciones de vida de las personas”.
El investigador Leopoldo Liñán, miembro de GTR y egresado de la especialidad de Ingeniería Electrónica de la PUCP, informa que, a pesar de la pandemia de la COVID-19, “los servicios se mantienen operativos a lo largo del tiempo” y ha logrado beneficiar a un rango de 25 mil a 30 mil pobladores de diversas comunidades rurales que habitan la cuenca del río Napo en la región de Loreto.
Incluso, asegura, con esta red, que mantiene la interconexión de 15 establecimientos de salud, “la población accede a los servicios de telefonía móvil, lo cual representa todo un cambio en la dinámica de comunicaciones”.
“El acceso a la información, que es un derecho universal, también genera empoderamiento para mejorar las condiciones de vida de las personas. Y eso se pudo demostrar porque en las comunidades, que son pequeñas, se observó su importancia. A medida que se implementó el servicio, fueron adquiriendo sus equipos celulares”, comenta.
A partir del 2013, cuando el gobierno central promulga la Ley del Operador de Infraestructura Móvil Rural (OIMR), que permite a pequeñas empresas locales desplegar redes de comunicación y se obliga al gran operador a interconectarlas, encontraron un modelo de sostenibilidad de esta red.
En la actualidad, ocho comunidades de menos de 500 habitantes cuentan con el servicio de telefonía móvil 3G con la figura del OIMR. A cargo de la operación y mantenimiento de la red troncal de telecomunicaciones del Napo está Mayu Telecomunicaciones.
Por su parte, el director general de la Fundación EHAS, Ignacio Prieto, asegura que “el principal objetivo en torno a los servicios de telemedicina con el proyecto Napo es buscar una manera de hacerlos sostenibles”.
Refiere que antes de este proyecto solo se ha dado servicio a los establecimientos de salud y con el proyecto Napo han logrado que “esa comunicación llegue a toda la población”. Por ello, trabajan con diversos socios “para llevar la conectividad, llevar telefonía móvil y después para telemedicina”.
“Este proyecto ha validado un modelo que nos permite colaborar con instituciones privadas, con instituciones públicas, con organizaciones de la sociedad civil, universidades y ONG, un modelo, que, entre todo, es rentable para los operadores y que, además, nos permite sacar partido a la conectividad y a herramientas de telemedicina conocidas”, refiere.
Conectando a los desconectados
El proyecto NAPO obtuvo el primer lugar en la categoría Prueba de concepto de modelo de negocio por el despliegue de infraestructura de telecomunicaciones sostenible en zonas aisladas de la Amazonía peruana.
El desafío culminó en un evento de IEEE Future Networks, la Cumbre Conectando los Desconectados, entre el 3 y 5 de noviembre, que reunió a expertos y líderes de opinión sobre el tema de la conectividad a Internet.
“Fue muy importante para nosotros lograr ese reconocimiento”, confiesa Leopoldo Liñán.
“Es un proyecto de largo esfuerzo, de muchos años. Ese reconocimiento lleva un compromiso a seguir trabajando en poder consolidar este modelo. ¿Cómo lo consolidamos? Con estas actividades a nivel binacional, replicarlo en otras cuencas”, comenta.
Para Ignacio Prieto, se trata de “un paso importante en cuanto al reconocimiento de que este tipo de proyectos, que son necesarios e importantes. Es una gran satisfacción por el trabajo que ha realizado este tipo de personas, bajo el liderazgo de la PUCP y la fundación EHAS”.
El IEEE Connecting the Unconnected Challenge es una competencia a nivel mundial en el cual se presentaron soluciones de empresas emergentes, organizaciones base, proyectos universitarios y otros que trabajan para cerrar la brecha digital de manera innovadora.
Este proyecto ha validado un modelo que es rentable para los operadores y que, además, nos permite sacar partido a la conectividad y a herramientas de telemedicina conocidas”.
Es organizado por la IEEE Future Networks Initiative y otros socios. Participaron alrededor de 250 soluciones que abordan el problema desde una de tres perspectivas diferentes.
¿Quiénes forman parte del proyecto?
Integrantes: Ing. David Chávez Muñoz, Ing. Leopoldo Liñán Benítez, Ing. César Córdova Bernuy, Ing. River Quispe Tacas, Mag. Darwin Auccapuri Quispetupa, Ing. Juan Paco Fernández y Lic. Pamela Verano Legarda.
Entidades asociadas: Fundación Enlace Hispano Americano de Salud (Fehas), PUCP, Mayu Telecomunicaciones, Telefónica I+D, Telefónica del Perú, Hispasat, Gobierno Regional de Loreto, ONG Pango, Diresa Loreto Financiadores, CAF (Banco de Desarrollo de América Latina), CAM (Comunidad de Madrid) y Aecid (Agencia Española de Cooperación Internacional).