Proyecto CovOX: un concentrador de vida durante la pandemia

La pandemia impulsó a la academia en la búsqueda de soluciones a los diferentes y complejos problemas que agobiaban (y lo siguen haciendo) a la sociedad. Y, en ello, la PUCP puso a disposición sus capacidades para contribuir al país en uno de sus momentos más difíciles.

En esos esfuerzos surge CovOX, que forma parte de la Línea de Dispositivos Médicos PUCP y del Laboratorio de Metrología y Validación de Equipos Biomédicos, un concentrador de oxígeno que puede suministrar hasta 15 litros por minuto a pacientes con COVID-19.

La Dra. Sandra Pérez, coordinadora del Laboratorio de Metrología y Validación de Equipos Biomédicos y docente del Departamento de Ingeniería, señala que, en general, los concentradores de oxígeno comerciales solo ofrecen un máximo de hasta diez litros por minuto. “Entonces, la generación de 15 litros brinda una mayor cobertura a los pacientes que están en el domicilio para que no tengan que ser llevados al hospital”, señala.

Por su parte, Javier Chang, egresado, exdocente PUCP y gerente general de Diacsa, empresa que desarrolló el prototipo, explica que “el proyecto fue concebido durante la segunda ola de la pandemia de COVID-19, cuando los concentradores llegaron a tener precios absolutamente exorbitantes y netamente especulativos, y había escasez de oxígeno”.

¿Cómo funciona el prototipo? CovOX extrae aire de una habitación o del ambiente y lo filtra para recolectar, de manera exclusiva, oxígeno, el cual se almacena en un depósito. Luego, este se libera a través de un tubo para ser recibido por el paciente.

En el proceso de fabricación, asegura Sandra Pérez, se toman “en cuenta las buenas prácticas para la manufactura, el marco regulatorio de Digemid (Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas), toda la experiencia de la parte de importación de materiales y la parte de validación de dispositivos médicos”, dice.

Hasta el momento, el proyecto ha recibido el apoyo económico de Asbanc y el financiamiento de Fondecyt para el desarrollo, en total, de 37 concentradores. “Es el compromiso inicial de fabricación que tenemos”, precisa.

Sobre cuáles son los siguientes pasos de CovOX, la profesora plantea que, en octubre de este año, se enviará el expediente a Digemid para obtener el registro de fabricación y uso para, en noviembre, empezar a distribuir los concentradores de oxígeno. Igual se espera recibir mayor financiamiento para poder masificar su producción.

CovOX y MASI

Los ventiladores mecánicos MASI, iniciativa que surgió en medio de la pandemia, representan un proyecto emblemático en la historia de la ingeniería biomédica en el país.

“MASI atiende usuarios de las unidades de cuidado intensivo (UCI), que se encuentran en la etapa más grave de la enfermedad y que necesitan una ventilación invasiva”, cuenta Pérez.

Por su parte, CovOX atiende a un público que requiere oxígeno de terapia de bajo flujo, sea domiciliario u hospitalario. La profesora Sandra Pérez señala que ambos proyectos pueden unirse. “CovOX puede funcionar como una fuente de oxígeno para MASI”, afirma.

El impacto de la innovación

Para la Dra. Sandra Pérez, “es muy importante que la Universidad esté a la vanguardia de las necesidades de la sociedad. En este caso, se busca proveer de equipos médicos a un costo accesible”.

“La innovación genera un impacto y un valor medible en la sociedad. Para nosotros, hay una responsabilidad para que el conocimiento que generamos no solo se publique y se guarde, sino que impacte. Además, estos proyectos nos posicionan como pioneros en el desarrollo de tecnología”, finaliza.

Este evento es parte del Encuentro anual de investigación, innovación y creación 2021.