Mondiacult 2025: las políticas culturales en el centro del debate global

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Por: Felix Lossio | Jefe de la Oficina de Creación (VRI-DFI)
A inicios de octubre se llevó a cabo en Barcelona Mondiacult 2025, el evento más importante en el mundo respecto al debate global sobre políticas culturales. Mondiacult 2025 es el sucesor de Mondiacult 2022, ocurrido en México, cuando se celebraron los 40 años del primer evento de este tipo, desarrollado en 1982 en el mismo país y que marcó un hito en la agenda mundial sobre políticas públicas en cultura a fines del siglo 20.
43 años después, Mondiacult 2025 continúa su liderazgo como referente político e institucional en el debate global sobre la cultura. En este caso, cuenta con la participación de más de 150 ministros, ministras y autoridades de cultura, así como centenares de representantes de la sociedad civil, de la academia y de organismos internacionales dedicados al quehacer cultural. Barcelona reunió a más de 2,000 representantes, quienes participaron activamente en más de un centenar de mesas, charlas y exposiciones que formaron parte del programa oficial, así como en eventos paralelos como el foro “Ágora Cívica”, que tuvo como actor principal a la sociedad civil.
Inaugurado por el presidente de España, Pedro Sánchez, y bajo la conducción del ministro de Cultura de ese país, Ernest Urtasun, y del subdirector general de Cultura de Unesco, Ernesto Ottone; Barcelona fue protagonista de múltiples discusiones sobre el lugar de la cultura desde una perspectiva de desarrollo sostenible. En esta diversidad, ocho temas ocuparon un lugar protagónico: derechos culturales, cultura y transformación digital, cultura y educación, cultura e inteligencia artificial, economía de la cultura, cultura y paz, cultura y acción climática, y cultura, patrimonio y crisis.
Resumir la amplitud y variedad de lo discutido sería un ejercicio injusto. Sin embargo, podemos resaltar desafíos constantes, como la vigente amenaza a la libertad creativa en contextos de conflicto, la retadora gestión del patrimonio ante las cada vez más constantes crisis climáticas y políticas o el incierto rol de la inteligencia artificial en los procesos creativos y en la distribución de la cultura. Frente a ellos, se extrañó quizá una mayor discusión sobre las condiciones laborales de los trabajadores de la cultura en contextos de crisis.
Podemos resaltar desafíos constantes, como la vigente amenaza a la libertad creativa en contextos de conflicto, la retadora gestión del patrimonio ante las cada vez más constantes crisis climáticas y políticas o el incierto rol de la inteligencia artificial en los procesos creativos y en la distribución de la cultura.
MONDIACULT 2025 fue enriquecedor y desafiante en sus distintos espacios. Quizá, los protagonizados por los organismos internacionales, la sociedad civil o la academia fueron los más interesantes: la presentación de tensiones, avances y desafíos encontraba en estos espacios mayor profundidad. Por otro lado, aquellos espacios compuestos por representantes de los ministerios de cultura, necesarios y nutridos en varios casos de ejemplos potentes, no lograban por veces ampliar en la materia tratada.
En cualquier caso, Barcelona partió de un punto de partida consensuado y reafirmado durante el evento: la cultura no es un lujo o un accesorio, sino una columna vertebral fundamental para el desarrollo sostenible de nuestras sociedades. Y, como tal, debe ser considerada como un “pilar ausente” que la agenda 2030 y pos-2030 debe incorporar. En palabras de su documento final, este evento reafirma el “compromiso colectivo de anclar firmemente la cultura como componente y pilar de un desarrollo justo, pacífico y sostenible, no solo como derecho humano de toda persona a participar en la vida cultural sino también como bien público mundial” (Mondiacult, 2025). Además, es necesario resaltar una serie de documentos nacionales y multilaterales presentados durante esos días, como el Informe Global de Políticas Culturales elaborado por Unesco.
La cultura no es un lujo o un accesorio, sino una columna vertebral fundamental para el desarrollo sostenible de nuestras sociedades.
Pero, quizá, más allá de las declaraciones y compromisos, Mondiacult 2025 y las nuevas ediciones que están por venir tienen un propósito no escrito y cardinal: lograr que miles de personas de distintas procedencias, roles y disciplinas se agrupen para conversar, desde la discrepancia y los consensos, sobre cómo hacer del mundo un lugar mejor con y desde la cultura. En tiempos de extrema polarización, procurar un diálogo global centrado en el respeto y la voluntad constructiva es, en sí mismo, un acierto.
En Perú, el seminario “Política Cultural y Desarrollo Sostenible”, a desarrollarse en noviembre en la PUCP, continuará estas discusiones con varios de sus participantes, convirtiendo a nuestra Universidad en el nuevo centro del debate global en cultura.
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Felix Lossio
Jefe de la Oficina de Creación (VRI-DFI)