El desarrollo de las altas capacidades para construir el país
La Dra. Sheyla Blumen, coordinadora del grupo Creatividad, Tecnología y Talento, y jefa del Departamento de Psicología, nos explica sobre la importancia de comprender los perfiles de las personas de altas capacidades en el marco de los contextos en donde se desarrollan.
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En julio de 1991, cuando recién graduada fue invitada al evento en el que se establecían las políticas públicas para niños y niñas con altas capacidades para la Unión Europea, en la Radboud University de Países Bajos, la Dra. Sheyla Blumen, coordinadora del Grupo Creatividad, Tecnología y Talento, y jefa del Departamento de Psicología, descubrió que en el Perú la educación especial era prácticamente invisible en las políticas públicas.
La pregunta que le hiciera un colega fue determinante: ¿acaso es posible detectar niños con altas capacidades en las zonas altoandinas o en las comunidades amazónicas? Esa interrogante definió su rumbo académico.
En países en transición como el nuestro, explica Blumen, “consideramos que entre el 8%y 10% de la población tiene la condición de alta capacidad, que conlleva al desarrollo de algún tipo de talento específico, cuyo desarrollo dependerá de las oportunidades que se le brinden para un desempeño de excelencia”.
Entonces desarrolla el concepto: “Cuando hablamos de niños, niñas y jóvenes con altas capacidades, hablamos de personas en las que confluyen niveles superiores de una triada que involucra desempeño creativo, motivación, y capacidad. La capacidad puede corresponder al ámbito intelectual, artístico, deportivo, de liderazgo, o de negocios”
En ese sentido, para la profesora, el perfil de alta capacidad tiene que ver con el alto nivel de desempeño, pero también con el alto nivel de desarrollo socioemocional: “Por lo general, las y los jóvenes con alta capacidad presentan muy buen nivel de empatía y capacidad de trabajo colaborativo. En el caso de nuestros jóvenes en el Perú, presentan también altos niveles de gratitud y compromiso con su sociedad”.
Su premisa es que la alta capacidad tiene lugar en diferentes partes del mundo y es “independiente de la ubicación geográfica, condición socioeconómica, contexto etnolingüístico o pertenencia a un grupo originario. Sin embargo, el desarrollo de las capacidades a niveles de talento dependerá de las oportunidades que se les brinden”, precisa.
La construcción de un país más justo, equitativo y solidario pasa por brindar una educación de calidad para todas y todos nuestros jóvenes, sin olvidar a aquellos con altas capacidades que, debido a sus ritmos acelerados de aprendizaje, requieren de entornos educativos con elevado rigor académico”.rn
Las políticas públicas
En 1983, cuenta Blumen, el Ministerio de Educación brindó la definición de una persona con alta capacidad y emitió una normativa que resalta la importancia del desarrollo del talento desde el ámbito educativo, así se crean las bases para su atención psicopedagógica desde las aulas. Esta normativa fue revisada en el 2008, a partir de una sugerencia de intervención presentada en nuestra Revista de Psicología (PUCP), y se propuso una intervención psicopedagógica integral, por lo que se desarrolló una política pública.
“El artículo que publicamos en el 2008 fue una propuesta sobre un programa de intervención psicopedagógica para las y los jóvenes con talento académico de los últimos años de secundaria, a partir de una fase de identificación y de intervención dentro del marco escolar”, explica
“El ministerio acogió la propuesta y la enriqueció incorporando la atención integral”, continúa, y se creó el entonces denominado Colegio Mayor Secundario Presidente del Perú en Huampaní. El proceso continúa con éxito en los gobiernos sucesivos y la iniciativa se ha expandido, con el fin de acercar los colegios a las y los jóvenes de todos los departamentos del país. Actualmente, se les conoce como colegios de alto rendimiento (COAR) a los 25 COAR a nivel nacional.
Sin embargo, todavía hay un camino por desarrollar. Desde el grupo de investigación Creatividad, Tecnología y Talento de la PUCP, Blumen señala que “continuamos estudiando las variables que favorecen el desarrollo de los talentos, incluso en contextos de alta vulnerabilidad, sea por las diferencias culturales, étnicas, lingüísticas, y de género, las niñas de zonas rurales eran muchas veces invisibles en los procesos de detección de la alta capacidad”, afirma.
Desde el 2019 se ha colaborado para ampliar el acceso a los centros de evaluación de las y los jóvenes de zonas rurales, así como para incorporar a jóvenes pertenecientes a grupos originarios, grupos de reparación, grupos con alguna discapacidad física (visual, auditiva y motora) o grupos con alguna condición (autismo funcional y TDAH) en el proceso de selección.
En esa línea, la profesora Sheyla Blumen ofrece algunas cifras.
En el 2010, el 87 % de los chicos y chicas que se seleccionaron para los COAR pertenecían a colegios de zonas urbanas, y el 12 % a colegios de zonas rurales (no se incorporaban a niños y niñas de pueblos originarios).
En el 2015, ya había 15 COAR en el que el 75 % provenía de zonas urbanas y el 25 %, de zonas rurales.
En el 2020, se ubicaron 80 puntos de selección a nivel nacional, incluidas las zonas más lejanas y de difícil geografía para el acceso; se amplió la posibilidad de postulación a jóvenes con diversas discapacidades y condiciones, para lo cual se incluyó material en el sistema Braille y especialistas en el lenguaje de señas. Asimismo, se acondicionaron las sedes para el acceso de quienes tenían alguna discapacidad motora. El 55 % provenía de zonas urbanas; el 30 %, de zonas rurales; el 11 %, de pueblos originarios; y el 3 %, de grupos de reparación.
Egresados de los COAR
Fuentes: Minedu: Encuesta de egresados y egresadas realizada de enero a febrero de 2020. Base de datos de estudiantes de 5to de la promoción 2020. |
La importancia de impulsar las altas capacidades
“Los jóvenes con altas capacidades y talentos deportivos, artísticos y académicos son nuestro mejor recurso como país”, enfatiza la profesora Blumen. “La construcción de un país más justo, equitativo y solidario pasa por brindar una educación de calidad para todas y todos nuestros jóvenes, sin olvidar a aquellos con altas capacidades que, debido a sus ritmos acelerados de aprendizaje, requieren de entornos educativos con elevado rigor académico”, señala.
“Es impresionante observar el nivel de desarrollo de justicia social que conllevan, con una formación de compromiso con el Estado, con la sociedad y, en particular, con su comunidad. No son jóvenes que pretendan ser algo que no son. Al contrario, en los COAR, se pone particular énfasis en el desarrollo de la propia identidad, el orgullo por la pertenencia a su región, a su comunidad y se reflexiona acerca de cómo pueden contribuir con esta”, señala.
Por lo tanto, finaliza, “es necesario atender sus necesidades cognitivas, afectivas y motivacionales. Esto supone un deber y una labor por parte del Estado y de los educadores que trabajan desde el enfoque de desarrollo, cultura e inclusión, para seguir desarrollando a nuestros mejores talentos como país, independientemente de su género, origen o condición”.
Participa en la primera mesa redonda “Investigaciones de Psicología PUCP en el año del Bicentenario”
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Este evento es parte del Encuentro anual de investigación, innovación y creación 2021.