Colaboración para la Innovación: explorando el convenio entre la PUCP y la PUC Chile
Conversamos con Ramón Molina, director ejecutivo del Centro de Innovación Anacleto Angelini de la Pontificia Universidad Católica de Chile, y Jorge O’Ryan Schütz, director de Desarrollo Internacional del mismo centro.
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En un mundo cada vez más interconectado y competitivo, la innovación es clave para el progreso y desarrollo de cualquier nación. Este concepto cobra especial relevancia en la reciente colaboración entre la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y la Pontifica Universidad Católica de Chile (PUC). Esta alianza abre un abanico de oportunidades para ambas instituciones educativas y para las empresas peruanas y chilenas, al promover un intercambio de conocimientos y recursos que potencia su capacidad innovadora y competitividad.
Este convenio busca demostrar a las empresas la diversidad de recursos que la universidad puede ofrecer, como el desarrollo de proyectos, prototipos y procesos de producción más eficientes y rentables. Esto, a su vez, puede propiciar la creación de empleo y contribuye al desarrollo económico de ambos países.
Edmundo Beteta, director ejecutivo del Centro de Consultoría y Servicios Integrados INNOVAPUCP, destaca: “Ya tenemos una trayectoria en vinculación empresarial y desarrollo de proyectos de innovación, pero ahora es cuestión de sumar esfuerzos con una universidad líder en Chile. Es una primicia para nosotros en Perú.”
En una interesante conversación con Ramón Molina, director ejecutivo del Centro de Innovación Anacleto Angelini de la Pontificia Universidad Católica de Chile, y Jorge O’Ryan Schütz, director de Desarrollo Internacional del mismo centro, se abordó el tema del convenio de innovación que están firmando las dos casas de estudio. Este, crea una sinergia única que promete impulsar el desarrollo y la innovación en ambas naciones.
¿Cuáles son los objetivos principales de este convenio de innovación?
Ramón: El principal objetivo es evaluar el estado actual de ambas organizaciones y definir dónde queremos estar en el futuro. Buscamos colaborar, aprovechando que Chile tiene un desarrollo un poco más avanzado en este rubro ya que cuenta con un centro operativo desde hace 10 años. La idea es cooperar con la Universidad Católica del Perú para fortalecer el ecosistema de innovación, promoviendo una economía basada en el conocimiento. Esto incluye mejorar la relación con las empresas y la academia, así como identificar y desarrollar los componentes que aún faltan en el ecosistema peruano.
Jorge: En Chile, nuestra vicerrectoría de Investigación sigue una estructura similar, con énfasis en estudiantes de posgrado, investigación y transferencia de tecnología. En ese sentido, aquí hemos identificado una oportunidad para potenciar la conexión entre la academia y el sector empresarial. Nosotros trabajamos con más de 300 empresas, enfocándonos en estrategia, cultura de innovación, investigación aplicada y la innovación abierta, buscando transferir este conocimiento a las empresas. Perú representa una extensión natural de este esfuerzo, donde podemos fortalecernos mutuamente.
Buscamos establecer una relación bidireccional entre las universidades y las empresas, donde la investigación y las soluciones puedan fluir entre ambos países, fomentando así emprendimientos y la aplicación del conocimiento académico en la sociedad».
¿Qué beneficios se esperan de esta colaboración?
Ramón: El primer beneficio sería el avance conjunto en inversión en innovación a nivel de ecosistema país, lo cual es crucial para el desarrollo económico. Esa misión no la podemos hacer solos, tenemos que transformar juntos Latinoamérica en ese sentido. Además, buscamos establecer una relación bidireccional entre las universidades y las empresas, donde la investigación y las soluciones puedan fluir entre ambos países, fomentando así emprendimientos y la aplicación del conocimiento académico en la sociedad.
Jorge: Nuestras universidades, que destacan en el contexto latinoamericano, podrían beneficiarse de un ecosistema que integre internacionalización y colaboración con sectores productivos, como minería y agricultura, a través de pasantías, por ejemplo. Esto no solo enriquecería la experiencia académica, sino que también fomentaría el espíritu emprendedor e innovador entre los estudiantes.
¿Cuáles son los desafíos más importantes que se deben superar en los sistemas de innovación de ambos países?
Ramón: Un desafío clave es el cambio necesario para alinear las culturas de innovación de ambos países. Esto se puede lograr a través de casos de éxito, programas de formación y mostrando que la innovación es rentable. Es crucial para las empresas no solo enfocarse en su negocio actual, es una obligación de las empresas, tanto como explotar el negocio actual, explorar el negocio futuro.
Jorge: La máxima «innovar o morir» es muy relevante aquí. La innovación debe ser una constante, tienes que innovar cuando te va bien. Cuando te va mal no hay opción.
Nuestras universidades, que destacan en el contexto latinoamericano, podrían beneficiarse de un ecosistema que integre internacionalización y colaboración con sectores productivos, como minería y agricultura».
¿Qué tipos de empresas podrían beneficiarse más de este convenio?
Ramón: Incluimos a las mipymes, aunque enfrentan desafíos en cultura y estructura. En Chile, trabajamos para que consultoras asociadas en el ecosistema ofrezcan servicios de estrategia e innovación a estas empresas, ayudándolas a comprender y aplicar estos conceptos.
Jorge: Trabajamos con más de 300 startups al año que comenzaron como mipymes. Este apoyo abarca desde la generación de ideas y tecnología hasta la creación de empleo y el fortalecimiento de la imagen internacional del país. Pasamos del enfoque en materias primas a uno en ideas y valor agregado, con un importante componente político-estratégico.
¿Cuál es la visión a largo plazo de esta colaboración?
Ramón: Nuestra visión es transformar la economía de nuestros países de una basada en la extracción a una centrada en la innovación. Queremos colaborar en sectores clave como la minería y la agricultura, creando una hoja de ruta que incluya tanto a Chile como a Perú, aprovechando sus fortalezas en tecnología y agricultura.
Jorge: Esta colaboración es parte de la tercera misión de nuestras universidades, que busca contribuir a la sociedad más allá de la educación, promoviendo un mundo mejor a través de la sostenibilidad, la innovación y el emprendimiento. Deseamos compartir estos valores con la sociedad y otros países, viendo en Perú un socio estratégico con similitudes.
El convenio entre la Pontificia Universidad Católica del Perú y la Pontificia Universidad Católica de Chile es, sin duda, un paso adelante hacia un futuro más innovador y colaborativo, donde la academia y el sector empresarial trabajan mano a mano para el beneficio mutuo y el progreso de ambas naciones.
En el marco de esta alianza, el pasado 5 de diciembre, se presentó el conversatorio «Innovación abierta y desarrollo empresarial». Un espacio de diálogo entre expertos internacionales y líderes empresariales sobre las oportunidades que ofrece la vinculación entre la academia y el sector privado para mejorar las capacidades de innovación de las empresas, potenciando su competitividad en el mercado y contribuyendo al desarrollo del país.