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Breakout: el fellowship que enciende la chispa de la innovación desde la PUCP

Con el respaldo del VRI y su experiencia en el programa global University Innovation Fellows de Stanford, tres estudiantes impulsan Breakout Fellowship, una red que está capacitando y brindando oportunidades a estudiantes en el mundo de la innovación y emprendimiento.

Vicerrectorado de Investigación
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Desde que en abril de este año participaron en el prestigioso programa University Innovation Fellows (UIF), impulsado por la D School de Stanford y realizado en la Universidad de Twente de Países Bajos, Robert Quispe (Ingeniería Mecatrónica), Andrea Melo y Nayheli Rojas (Gestión y Alta Dirección) han transformado su experiencia en una oportunidad para potenciar un proyecto que deja huella: Breakout, un fellowship que busca conectar y potenciar a estudiantes con perfiles innovadores para convertirse en líderes de las próximas startups y proyectos de impacto.

Su enfoque es claro: movilizar a estudiantes con interés en resolver problemas reales, generar impacto positivo y adquirir capacidades en tecnología y liderazgo que serán esenciales en su futuro profesional. Para lograrlo, han desarrollado un plan que contempla desde talleres prácticos en habilidades tech hasta oportunidades de inserción al mercado laboral de innovación. Este programa es el fruto de la iteración y ejecución de MVPs (productos mínimos viables) en sistemas de innovación y eventos con más de 400 estudiantes y mentores. “Lo más desafiante fue la necesidad de iterar a gran velocidad”, explican. “Pero como equipo hemos aprendido que todo lo grande se logra en conjunto”.

Conectar y transformar

Uno de los pilares de Breakout es el vínculo entre estudiantes y egresados líderes del ecosistema de innovación. Esta conexión ha generado una red de referentes que guían, inspiran y aceleran el desarrollo de nuevas ideas. “Cuando un estudiante ve que alguien que recorrió un camino parecido logró cosas extraordinarias, entiende que también puede hacerlo”, cuentan. La mentoría no es una estrategia decorativa: es el motor para que los estudiantes reconozcan sus propias posibilidades y se atrevan a dar el siguiente paso.

Más allá de los eventos y el networking, lo que mueve a este grupo es una visión a largo plazo: democratizar el acceso a la innovación como herramienta transformadora. Hoy, según datos internos, menos del 1% de los estudiantes universitarios se involucra en creación o inversión de startups. Para los miembros de Breakout, este es un problema sistémico que debe cambiar desde la base. “La brújula es más importante que la velocidad”, afirman con convicción. “Innovar no es solo usar herramientas, es saber por qué lo estás haciendo y qué problema quieres resolver”.

El trabajo por delante

El próximo objetivo es escalar el modelo. Primero consolidarlo en la PUCP, luego llevarlo a más universidades a nivel nacional y eventualmente crear una red global. Aun así, tienen claro lo que no están dispuestos a negociar: la conexión real con las personas. Para ellos, el crecimiento no vale si se pierde la autenticidad del propósito que los motivó desde el inicio.

Breakout Fellowship, respaldado por el VRI-PUCP, es uno de los ejemplos más contundentes de lo que la Universidad puede lograr cuando estudiantes con visión y compromiso se articulan con los recursos adecuados. Lo que comenzó como una iniciativa estudiantil es hoy el principio de un movimiento.

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