BALSA, LA EMBARCACIÓN AL SERVICIO DE LA AMAZONÍA
Un equipo de investigadores del Centro de Investigación de la Arquitectura y la Ciudad de la PUCP, liderado por la profesora Belén Desmaison, diseñó una embarcación autosostenible que integra tecnologías accesibles para brindar apoyo a las zonas más aisladas de la selva peruana. El proyecto, que cuenta con el respaldo de Prociencia y el Programa de Ayuda Directa de la Embajada de Australia, destaca por su enfoque interdisciplinario y la cooperación con la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana.
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Las comunidades ribereñas de la Amazonía enfrentan graves problemas derivados de las sequías y el aislamiento, lo que dificulta el acceso a servicios sociales básicos. En este contexto, un grupo de investigadores del Centro de Investigación de la Arquitectura y la Ciudad, liderado por la profesora Belén Desmaison, ha desarrollado Balsa (Bote Autosuficiente de Laboratorio y Servicios en la Amazonía). Esta infraestructura busca ofrecer una solución replicable y autosuficiente que permita llegar a las zonas más remotas del territorio amazónico.
Balsa es un prototipo de embarcación modular diseñado para integrarse al sistema estatal de atención social, como complemento de las Plataformas Itinerantes de Acción Social (PIAS), que a menudo no llegan hasta las comunidades más alejadas o que no pueden navegar por ríos poco caudalosos. La embarcación cuenta con tecnologías apropiadas para el contexto amazónico: sistemas de recolección y potabilización de agua de lluvia y de río, paneles solares para generar la energía que utiliza la balsa, telecomunicaciones e internet vía Starlink, y un sistema de saneamiento que garantiza el funcionamiento autosuficiente durante sus desplazamientos.
Todas estas características permitirán que, donde navegue Balsa, existan nuevas oportunidades de atención y desarrollo para las comunidades amazónicas. Podrá servir como espacio para campañas de vacunación, servicio de emergencias médicas, clases escolares, servicios de internet satelital o ser un pequeño laboratorio móvil. También podrá albergar a enfermeros y enfermeras durante jornadas de salud o funcionar como biblioteca itinerante que complemente la educación rural. Con sus sesenta metros cuadrados de superficie, la embarcación ofrece diversas posibilidades de uso. Su diseño, además de navegar por ríos tributarios tanto en épocas de creciente como de vaciante, es capaz de adaptarse con flexibilidad a las necesidades particulares de cada comunidad.

“El proyecto ha buscado que la balsa pueda ser construida con materiales accesibles y que responda a las prácticas constructivas de la región, garantizando que sea una infraestructura que los constructores locales puedan reconocer y replicar”.
Cooperación académica
El desarrollo de Balsa es el resultado de la colaboración entre la PUCP y la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (UNAP). Diversas disciplinas aportaron conocimientos específicos: la ingeniería química se encargó de los análisis y procesos para la potabilización del agua; la ingeniería mecánica apoyó en la instalación de sistemas eléctricos y mecánicos, incluyendo los paneles solares; la ingeniería informática desarrolló las soluciones para la conectividad y telecomunicaciones; mientras que la antropología y la arquitectura sirvieron para realizar estudios etnográficos, y adaptar el diseño a las técnicas constructivas y necesidades culturales de las comunidades locales.
Para Rosa Souza, docente de la UNAP, uno de los principales aprendizajes del proyecto ha sido confirmar que la colaboración entre universidades e instituciones locales es clave para enfrentar desafíos estructurales en la Amazonía. “El trabajo con aliados interinstitucionales ayuda a concretar los objetivos trazados y a que cada institución cumpla el rol que le corresponde”, afirma. El resultado de este trabajo conjunto, según comenta, “crea una gran expectativa en las comunidades ribereñas, ya que es un proceso sencillo para ser replicado”.

El futuro del proyecto
Para que Balsa sea reproducido a gran escala, se utilizaron materiales de fácil acceso y diseños que son conocidos y manejados por los carpinteros locales, facilitando así que el proyecto se replique en otras zonas amazónicas. Según Desmaison: “El proyecto ha buscado que la balsa pueda ser construida con materiales accesibles y que responda a las prácticas constructivas de la región, garantizando que sea una infraestructura que los constructores locales puedan reconocer y replicar”.
Si bien el proyecto ha sido financiado en su etapa inicial por ProCiencia y el Programa de Ayuda Directa de la Embajada de Australia, su replicabilidad depende del respaldo sostenido por parte de entidades estatales. Asegurar el apoyo económico y logístico será clave para que Balsa empiece su recorrido y llegue a las comunidades de la Amazonía que esperan su arribo con expectativa. Su futuro está estrechamente ligado a esta articulación institucional, que permitirá consolidarla como una herramienta efectiva de inclusión y desarrollo nacida desde la investigación universitaria.