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Institucionales

8M: Mujeres que superan los desafíos en el ejercicio de la Investigación, Innovación y Creación

En esta fecha conmemorativa, nuestras investigadoras, innovadoras y creadoras PUCP comparten sus reflexiones y experiencias en la búsqueda de una sociedad más igualitaria con oportunidades para todas en los distintos campos del conocimiento.

Vicerrectorado de Investigación

Créditos y Fecha de Publicación

Publicado el

Mujeres comprometidas que dedican su vida a la investigación y formación en Artes, Ciencias, Ingeniería, Arquitectura, Comunicaciones y Literatura relatan los desafíos profesionales y personales que enfrentan en la sociedad actual que aún requiere de mejoras sustantivas y oportunidades igualitarias.

Marissa Béjar
Creadora PUCP y Docente del Departamento de Artes Escénicas

Las investigadoras en artes escénicas en el Perú desarrollamos nuestra tarea en medio de retos y también de esperanzas e ilusiones. En nuestro país, se ha investigado en artes escénicas desde el hacer de las propias artistas. Por otro lado, desde el estudio acerca de quienes se dedican a las artes escénicas y sus productos. Sin embargo, ahora estamos en un momento muy interesante para nuestra labor ya que, con nuestro esfuerzo, estamos labrando un espacio para que nuestras investigaciones tengan reconocimiento en el mundo académico y, simultáneamente, continúen desarrollando su cualidad de artísticas. Tenemos en nuestro país investigadoras muy jóvenes que comienzan a ejercitar esas habilidades en la realización de sus tesis de Licenciatura, debido a la incorporación de carreras de artes escénicas, tanto a nivel pregrado como posgrado. Así, la comunidad de mujeres investigadoras en y desde las artes escénicas en el Perú es variada, multigeneracional, tiene interés en temas y objetos de estudio tanto disciplinarios como e interdisciplinarios, indagar desde su propio hacer y quehacer, además hurga en territorios híbridos y sensibles de la experiencia humana, tanto de su propia experiencia personal, como de comunidades por las que siente curiosidad y empatía, y a las desea hacer visible y poner en valor.

Nuestros desafíos provienen precisamente del momento de desarrollo en el que estamos que implica encontrar tiempo, espacio y financiamiento para nuestras investigaciones y lugares en los que publicar, así como de la naturaleza de lo que hacemos que involucra una constante interpelación de nuestro mundo interior y nuestro entorno, sumado a lo que ya vivimos como cualquier mujer investigadora, que anhela siempre buscar un equilibrio que le permita continuar con su desarrollo profesional, al mismo tiempo que seguir llevando adelante diversas responsabilidades en el entorno familiar, que en el contexto de la pandemia, se tornó especialmente complicado. Particularmente, las investigadoras en artes escénicas, por la naturaleza de nuestro quehacer, somos a la vez, líderes de proyectos y creaciones escénicas, directoras, dramaturgas, músicas, coreógrafas y entonces estamos en la necesidad de mantener la fuerza y energía necesaria para sacar adelante a nuestros equipos, en medio de nuestras responsabilidades de índole personal y familiar, lo cuál constituye un reto permanente.


Consuelo Cano
Creadora PUCP y Docente del Departamento de Arte y Diseño

Como profesionales tenemos las mismas ventajas tanto hombres como mujeres, sin embargo la diferencia radica al poner en evidencia el tiempo compartido que la mujer profesional otorga a la familia: Se disminuyen considerablemente las facilidades al encontrarse en etapa de gestación o al cuidado de un recién nacido y, mayoritariamente, nos apropiamos la responsabilidad del cuidado de los hijos y del hogar.

Ambos puntos son motivo de desatención en la generación de conocimiento tecnológico. Como mujer y como madre responsable del cuidado de un hogar, busco y encuentro el apoyo en mi esposo quien ha sabido respetar y alentar mis deseos de ejercer, desarrollarme profesionalmente y compartir tiempo de familia. Cuando me convertí en madre disminuyeron las oportunidades y los desafíos se incrementaron, es por ello que para conseguir resultados se debe tener mucha perseverancia, organización y optimismo. Asimismo, tomar en cuenta que es valioso como mujeres profesionales demostrar nuestros resultados en publicaciones, enseñar para trasladar los nuevos conocimientos e investigar para promover la continuidad del desarrollo tecnológico.


Fanny Casado
Investigadora PUCP y Docente del Departamento de Ingeniería

Las mujeres que trabajan en Ingeniería Biomédica se enfrentan a desafíos generales comunes a todas las mujeres profesionales, tales como las escalas salariales sesgadas y poca flexibilidad en los horarios y ambientes laborales para integrar el cuidado del hogar.


Betty Galarreta
Innovadora PUCP y Docente del Departamento de Ciencias

En el campo de las ciencias básicas y aplicadas, mi trabajo se divide tanto en la rama de la investigación enfocada en el desarrollo de nanosensores y sistemas de detección óptica, como en la docencia universitaria enfocada en la química. Dentro de este ambiente considero que, en la actualidad, los principales desafíos que tenemos las mujeres están centrados en no cumplir con los estereotipos o cánones convencionales de nuestra sociedad. Aún existe la idea que algunas carreras o áreas de investigación no son para mujeres o que sólo podemos estar enfocadas en «ciencias blandas». Considero que ningún campo de investigación hace distinciones de género. El conocimiento y los temas están ahí para ser abordados por cualquiera y conviene pensar si no es la sociedad o el medio quien genera estas diferencias y discriminaciones que deja de lado a las mujeres.

En algunos espacios, también existe la premisa de que debemos escoger entre una carrera profesional o tener una familia. Los intereses personales de cada persona son diferentes y todos deben ser respetados. El desafío está en que el sistema permita que todos podamos desarrollarnos sin distinción y que no tengamos que elegir entre una u otra opción. Las políticas públicas pueden ayudar en este proceso pero es un trabajo de toda la sociedad y que todos entendamos la razón de ser de dichas políticas.

Finalmente, conforme uno va avanzando en la carrera profesional se pueden observar algunos desafíos que pueden estar algo más ocultos, tales como las microagresiones que son pasadas por alto, falta de referentes femeninos en puestos más altos o de mentores que nos puedan orientar en los siguientes pasos a seguir. Lo más importante está en no perder el norte y no temer en romper estos estereotipos. Todos podemos contribuir desde donde estamos y ayudarnos a progresar indistintamente de nuestras diferencias.


Alexandra Hibbett
Creadora PUCP y Docente del Departamento de Humanidades

Pensar, investigar, leer y escribir en las Humanidades son todas actividades que necesitan mucha concentración. Esto implica silencio, soledad y poder tener a menudo, expansiones no interrumpidas de tiempo.

Todo lo anterior suele ser particularmente difícil de conseguir para académicas mujeres, por la doble jornada laboral. Las mujeres académicas con mayor frecuencia que los hombres académicos, se ven obligadas a asumir una proporción mayor que sus pares de la responsabilidad de “la reproducción social”. Esta es la labor frecuentemente invisibilizada de asegurar que el hogar funcione bien como un espacio seguro, de descanso, renovación, afecto, salud, vestimenta y alimentación para todas las personas que lo habitan. En la pandemia, esto ha sido más difícil que nunca, pues otros espacios e instituciones que solían encargarse al menos en parte del cuidado (guarderías, colegios, algunos servicios de salud), no han estado disponibles.


Pilar Kukurelo
Creadora PUCP y Docente del Departamento Académico de Arte y Diseño

Investigar, crear desde y en el arte y el diseño comprende múltiples dimensiones. Aspectos intelectuales, emocionales y sensoriales se conjugan en los procesos creativos por lo cual no es posible concebirlos o transitar en ellos sin incorporar la totalidad de nuestra dimensión humana. Estas características son reconocidas y valoradas en nuestro espacio académico, y es vital continuar dando visibilidad hacia el exterior a los productos y resultados de labor investigadora y creadora que realizamos las mujeres. Visibilidad que, con mucho esfuerzo históricamente, ha sido muy difícil de lograr.


Karol Muñoz
Creadora PUCP y Docente del Departamento Académico de Arte y Diseño

Si bien la participación de las mujeres en el área de tecnología ha ido incrementando, aún presenta desafíos debido a diversos factores. Uno de ellos es que la presencia de mujeres aún es menor en el área. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú, en el año 2021 sólo el 10% de mujeres peruanas trabaja en tecnología. Esto se debe a que menos mujeres desean escoger carreras tecnológicas y en caso lo hagan, tienen menor probabilidad de continuar en ellas. Este problema no solo impacta en nuestro país. En el caso de FONDECYT Chile, por ejemplo, se observa que el 73% de proyectos adjudicados lo lideran hombres, frente a un 27% de proyectos liderados por mujeres según el acumulado histórico entre el año 2001 y 2015. La causa principal es que los hombres representan el 68% del total de postulantes y las mujeres el 32%.

Sin embargo, todo esto puede mejorar. Desde niñas se puede ir promoviendo más oportunidades que incentiven el interés por la tecnología. Iniciativas como “This Girl Can”, que trabajamos en conjunto con la profesora Ericka Madrid, buscan crear estas oportunidades de descubrimiento en las alumnas de secundaria de colegios. Asimismo, el gobierno implementó una Política Nacional de Igualdad de Género en el año 2019 cuyo objetivo es incrementar la participación de las mujeres en carreras tradicionalmente masculinizadas, y garantizar el acceso, la permanencia y conclusión de mujeres y hombres en igualdad de condiciones en la educación técnico-productiva, educación superior tecnológica.

Finalmente, se espera que estos factores vayan desapareciendo y que el Perú, que cuenta con el más alto porcentaje (49.6%) en Latinoamérica de mujeres graduadas a nivel universitario en el campo de la tecnología de la información y comunicación, pueda permitir brindar más oportunidades de crecimiento.


Giovanna Pollarolo
Creadora PUCP y Docente del Departamento Académico de Humanidades

El semáforo estaba en verde y me disponía a continuar cuando abruptamente pasó a ámbar y frené porque los autos que estaban en la avenida principal aceleraron raudamente. Entonces sentí un golpe: la camioneta que estaba detrás se empotró en la mía. Lo primero que me dijo el serenazgo, un muchacho joven y bien intencionado, fue si ya había llamado a mi esposo. Al que me chocó y me recrimina por manejar mal ¡mujer tenías que ser!, no le preguntó si había llamado a su esposa. Esto no ocurrió hace 20 años ni diez ni cinco. Ocurrió hace apenas una semana. A una amiga que declaró no tener hijos, el encuestador le preguntó por qué no adoptó. Cuando nació su tercer hijo varón, la madre lloró: ahora ¿quién va cuidar mi vejez? Y así podría seguir.

Pienso en nuestro esfuerzo, desde la academia, para visibilizar a escritoras ignoradas o marginalizadas; en nuestro continuo indagar en la historia reciente y pasada para poner en cuestión, discutir estereotipos, “realidades” y maneras de comportarnos, de pensar de nosotras, que nos fueron impuestas y que incluso parece que heredamos cómo heredamos el color de los ojos o la forma de la nariz. Pienso que tenemos que hacernos cargo de un gran desafío: salir de nuestra burbuja académica.


Margarita Ramírez
Creadora PUCP y Docente del Departamento de Comunicaciones

Hoy en día, es difícil encontrar un entorno o un objeto que no haya sido diseñado. Diseñamos hábitats, artefactos, medios y proyectos de comunicación; sin embargo, no es común entender al diseño como campo epistémico-proyectual ni su rol en la formación de una mirada identitaria, colectiva e integradora de la sociedad.

En la esfera académica nacional, no proliferan espacios que propicien la discusión sobre el aporte simbólico del diseño. Antes predomina una tendencia de solo valorar su aporte tecnológico y funcional, o su valor decorativo y meramente estético, o la de pensar sus objetivos a partir de los intereses del mercado. Esta es una mirada del diseño y de los diseñadores construida históricamente, que niega sus procesos de interpretación, representación y simbolización, tanto de los artefactos diseñados como de la misma actividad de diseñar y que deja de lado, quizás su contribución más importante, la de plantear una nueva mirada sobre la realidad.

¿Y cuál es el gran desafío de la mujer diseñadora en la actualidad? Además de continuar con la lucha por disminuir la brecha salarial entre hombres y mujeres (situación que atraviesa la mayoría de profesiones), uno de los desafíos en diseño es reconocer el aporte de las mujeres como agentes de creación, revalorizar su participación en la enseñanza, preservación e innovación de los procedimientos de producción en diseño y de la comunicación visual, pero también reivindicar su rol como investigadoras capaces de proponer temas asociados a su propia experiencia y sensibilidad.


Sandra Santa Cruz
Investigadora PUCP y Docente del Departamento de Ingeniería 

El desafío es vencer la brecha de género. Esta brecha, reflejo de una sociedad en donde las mujeres tienen menos oportunidades e incentivos para estudiar y ejercer la ingeniería civil, se intensifica en zonas rurales o alejadas de las grandes ciudades. Como resultado, las investigaciones en el campo disciplinar relativas a la gestión sostenible del agua, seguridad alimentaria, transporte y reducción del riesgo de desastres pueden resultar incompletas o con sesgos importantes. Es por ello que es necesario aumentar el liderazgo de las mujeres en ingeniería civil para lograr el equilibrio en la solución de los problemas del país, sobre todo, de las regiones postergadas.


Adriana Scaletti
Creadora PUCP y Docente del Departamento de Arquitectura

Las arquitectas hemos aumentado en número en los últimos años dentro del universo de la profesión y eso es definitivamente positivo: diseñamos, construimos e investigamos, produciendo arquitectura de calidad para nuestras ciudades; sin embargo, aún es difícil ser reconocidas sobre todo en el trabajo de campo. Se nos pregunta con cierta frecuencia «¿dónde está el ingeniero?», lo cual no deja de ser tedioso y frustrante. A esto se suma que las mujeres aún somos las principales responsables del cuidado de nuestros hogares, lo que supone días de mucho esfuerzo y, a veces, debemos renunciar a proyectos determinantes. Pero cada vez somos más y demostramos lo excelentes que somos. Vamos por buen camino para poner nuestra marca en un país mejor.


Margarita Suárez
Investigadora PUCP y Docente del Departamento de Humanidades

El siglo pasado historiadoras como María Rostworowski o Ella Dumbar Temple tuvieron un camino difícil para ingresar en el mundo académico. Gracias a su duro batallar, ahora las historiadoras tenemos un camino más allanado.

Las investigaciones que se realizan en asociación con Europa o Estados Unidos, que priorizan y exigen la presencia de mujeres en los equipos de investigación y en el liderazgo de los mismos, nos han abierto las puertas de la academia internacional. En el Perú, todavía estamos lejos de que exista una discriminación positiva en los ámbitos de pesquisa públicos y privados. La situación es más grave en algunas regiones. No obstante, las mujeres hemos avanzado muchísimo en los últimos 50 años y esperamos que muy pronto las historiadoras puedan obtener sin obstáculos el reconocimiento que se merecen.


Carla Colona
Creadora PUCP y Docente del Departamento de Comunicaciones

El Grupo de Investigación en Comunicación y Salud busca aportar al fortalecimiento del sistema de atención de salud a fin de que las madres y padres, por igual, puedan asumir el cuidado de sus bebés con acompañamiento profesional oportuno en sus lugares de residencia, muchas veces ubicados en zonas donde el acceso a la salud es limitado. En este proceso constatamos que la enfermería, especialización profesional que aún sigue siendo tarea adjudicada a las mujeres, tiene un rol tan central en la comunicación que puede hacer la diferencia entre la salud y la enfermedad.

La adaptación de los procesos y de los métodos de investigación a las situaciones de aislamiento y distancia social para prevenir el contagio del Covid-19 pusieron nuestra creatividad a prueba como nunca antes. La comunicación, ya de por sí compleja, se tuvo que transformar en el marco de una dinámica de ensayo y error y hemos sido testigos de cómo las desigualdades ponen límite a la producción de conocimiento.

En el día de la mujer trabajadora, les invitamos a reflexionar y a trabajar por transformar nuestro sistema educativo y nuestro sistema de salud en el que desgraciadamente aún se enseñan y fortalecen las jerarquías discriminatorias y el individualismo. La justicia y la equidad no son parte de nuestro patrimonio cultural, pero investigando codo a codo con los profesionales de salud entendemos que podemos cambiar esa triste realidad.


Cifras | Mujeres en ciencia y tecnología

El informe “Las mujeres en Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM) en América Latina y El Caribe” realizado en 2020 por la ONU resalta que, a pesar de los notables avances logrados en las últimas décadas, a nivel mundial sólo el 29.3% de investigadores son mujeres y solo 3% de los premios Nobel en ciencias han sido otorgados a mujeres.

En algunas ocupaciones, como ingeniería e informática, en las que los ingresos son mayores, el porcentaje de participación de las mujeres es aún más bajo. Para la región de América Latina y el Caribe, en 2017, del total de investigadores en ingeniería y tecnología, solo el 36% eran mujeres en Uruguay; el 26%, en Colombia; el 24%, en Costa Rica; el 17%, en El Salvador; en Honduras el 21,5%; y en Bolivia y Perú alrededor del 19%.


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