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Institucionales

Vaivenes de Ultramar: cuando la creación y la memoria se unen

Esta propuesta de Mila Huby, docente del Departamento de Arte y Diseño, integra la historia familiar de la artista marcada por la migración china, su inquebrantable relación con el mar y su capacidad para crear. Todo se ha materializado en una exposición y en una publicación, producto de sus investigaciones.

Vicerrectorado de Investigación
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“Siempre he vivido rodeada de mar. Mi padre me enseñó, desde que era muy pequeña, a amarlo, sentirlo y respetarlo”, cuenta, con nostalgia, Mila Huby. Por ello, como señala, es natural que este elemento esté siempre presente en su obra.

Sin embargo, hay una marca indeleble en su historia familiar que la acerca al mar, aun más, pero desde un espacio más complejo y doloroso. “En 1913, en un naufragio en Cerro Azul, mi bisabuelo perdió la vida. Mi bisabuela y mi abuela de doce años se salvaron nadando solas hasta la orilla”, narra. Esta tragedia, que llegó a oídos de la artista cuando tenía 25 años, marcó un antes y un después en su carrera.

De esta manera, la Mag. Mila Huby, docente del Departamento de Arte y Diseño, presentó Vaivenes de Ultramar, un proyecto que integró una exposición en la galería Forum, en Miraflores (que se desarrolló entre mayo y junio de este año), y una publicación, que representa la primera novela de la artista.

¿Cómo surge Vaivenes de Ultramar?

Parto de la historia del naufragio en Cerro Azul. En ese sentido, mi proyecto comienza con el mar como hilo conductor de una historia que habla de la memoria, de los viajes, de la familia, y del papel de la mujer en el siglo XIX y en adelante. Y se gesta como parte de un proyecto literario y visual dentro de la Maestría en Escritura Creativa.

¿Por qué abordaste tu propuesta desde el tema de la migración?

Mientras investigaba sobre la llegada al Perú de mi primer ancestro Huby, descubrí, en un censo de 1860, a dos chinos nacidos en Cantón que habían adoptado el apellido de mi tatarabuelo, un sastre francés que llegó al Perú alrededor de 1830. Este hallazgo dio rienda suelta a mi imaginación y tuvo como resultado lo que sería mi primera novela. Todo ello me llevó a querer investigar más sobre las migraciones al Perú desde la época colonial. Como el tema era tan vasto, decidí centrarme en el siglo XIX y construir una saga familiar en torno a la migración europea, concretamente la francesa, y las primeras migraciones de los chinos culíes.

¿Qué elementos integra esta propuesta y cómo se relacionan entre sí?

En este proyecto existe una narrativa escrita y una narrativa visual. Tanto el texto como la imagen han sido trabajados como capas de tiempo. La memoria ha sido reconstruida a partir de imágenes que se pueden percibir en la lectura y que lo visual refuerza sin limitar al lector en la posibilidad de la interpretación. Esa fue mi intención desde el inicio: permitir que los dos lenguajes conversen y se relacionen, pero que no se impongan el uno al otro. Y a partir de archivos fotográficos personales, propios  y algunos de mi papá -gran amante de la fotografía y fotógrafo autodidacta-, documentos recabados en archivos y cartas familiares, fui construyendo lo que pasó a ser una ficción con bases autobiográficas. Las imágenes se crearon a partir de estos archivos, y se desarrollaron en técnicas propias del dibujo, el grabado y la fotografía. La utilización de medios digitales donde manipulé parte de estos dibujos me permitió obtener el resultado deseado.

¿Cómo desarrollaste la propia exposición?

Como artista, estoy muy interesada en el tema del espacio: intervenirlo, manipularlo, jugar con la iluminación e incluir, de ser posible, el cuerpo como medio expresivo del arte. Así pude incorporar un videoinstalación, donde un gran bote ocupaba todo el espacio y, junto con la imagen del video, el sonido y las luces, se generó una atmósfera que cambió la percepción de la sala y permitió que el espectador se sumergiera en su propia interpretación de la historia. Finalmente, tuve la posibilidad de incluir una performance en los últimos días de la presentación, donde el cuerpo intervino el espacio generando movimientos que partieron de la inspiración de los dos actores de la propuesta y que dieron una posibilidad más de expresar la obra a través de otro lenguaje creativo.

¿Por qué ha sido importante la investigación en todo este proceso?

La investigación es fundamental en todo proceso creativo. Si bien el arte parte de una necesidad de expresar y comunicar, sin un sustento este proceso no es sostenible. En el caso de mi proyecto, era imprescindible una investigación muy rigurosa, ya que estaba tratando un tema histórico y lograr la verosimilitud, más allá de si la obra resulta una ficción, solo es posible siendo muy concienzuda en la investigación. La lectura y la investigación de referentes es también fundamental en este proceso. Tomar como punto de partida a otros escritores es importante para el desarrollo de un proyecto literario.

¿Qué papel juega la escritura en tu propuesta integral?

La escritura es el eje principal de mi propuesta. Sin la escritura este proyecto visual no existiría. Este es el ejemplo perfecto, al menos para mí, de una obra integral. Mi proyecto estuvo pensado así desde el inicio. Pero es importante decir que la escritura debía funcionar por sí sola y es el nivel al que debía aspirar. La imagen también funciona sola y eso se evidencia en la exposición. Sin embargo, la relación entre ellas abre un horizonte de posibilidades e interpretaciones que van más allá y que hablan de la interdisciplinariedad de los medios expresivos en el arte.