Producción audiovisual que profundiza en la memoria
El cineasta y docente PUCP Joel Calero indaga, a través del universo audiovisual, una etapa que aún representa un desafío para la sociedad peruana y que es necesario seguir investigando.
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El Mag. Joel Calero, cineasta y docente PUCP, viene desarrollando, desde hace varios años, una Tetralogía Fílmica de la Memoria. La cuarta película y la novela gráfica que expande el universo narrativo del tercer filme se están realizando gracias a los premios del Concurso Anual de Proyectos de Creación PUCP.
¿Cuándo y cómo surgió el proyecto para el desarrollo de una Tetralogía Fílmica de la Memoria?
El primer filme de esta tetralogía es La última tarde, que narra el reencuentro y ajuste de cuentas, emocional e ideológico, de una pareja de exsubversivos del MRTA. Este filme se estrenó el 2016, y generó un diálogo en entornos intelectuales y académicos, pues exploraba los azares del conflicto armado interno, pero desde el presente, desde sus resonancias y marcas en el hoy y el ahora. El 2017, escribí La piel más temida (que ya está lista y se estrenará a inicios del 2024), película en la que una muchacha que ha vivido casi toda su vida en el extranjero regresa al Perú a vender una casa colonial que su familia materna tiene en Cusco, y descubre que su padre está vivo y preso por haber militado en Sendero Luminoso. Mientras reescribía esta película en Madrid gracias a una beca, fui invitado a presentar La última tarde en Berlín y fue así como conocí el fascinante museo Topografía del terror, centrado en el holocausto. Quedé tan impactado al punto que, aunque solo estuve 3 días en Berlín, dediqué 2 días íntegros a recorrer este museo. Fue allí mismo que pensé que ya tenía una película con personajes del MRTA y otra en desarrollo sobre la hija de un senderista, y que si tuviera un tercer filme en que el protagonista estuviera asociado, de alguna manera, a las Fuerzas Armadas, tendría entonces 3 filmes con personajes emparentados con tres actores del conflicto armado interno en el Perú. Este tercer filme se llama Álbum de familia y ya está íntegramente filmado, pero está todavía buscando recursos financieros para culminar su posproducción. Finalmente, el 11 de septiembre del 2021 se me ocurrió el proyecto Las fatigas del querer en el que 6 personajes hablan también un 11 de septiembre del 2021 sobre ellos, sus balances de vida, Allende y las Torres Gemelas (que ocurrieron en otros 11 de septiembre), su participación en la política, sus frustraciones, etc. Este filme esencialmente dialógico (como lo fue La última tarde) cerrará esta tetralogía fílmica.
¿Por qué es necesario seguir profundizando y debatiendo sobre el conflicto armado interno?
Porque, en muchísimos y complejos sentidos, ese conflicto armado interno sigue presente en nuestro país en sus consecuencias y diría que incluso hasta en sus causas. Por poner un ejemplo: para nadie es un secreto que la sociedad y la política peruana actual están signadas por el terruqueo, esa práctica y mecanismo de manipulación y discriminación, que es una de las peores taras que nos legaron esos años funestos. No podemos, pues, entender plenamente nuestro presente sin tener en cuenta ese pasado. Por eso es que, como cineasta, decidí que todas las películas de la tetralogía transcurran en el presente, que es donde se perciben las reverberaciones de ese pasado reciente.
La PUCP ha hecho algo inédito y revolucionario en el Perú: darle estatuto académico a la creación, y reconocer que supone también un proceso de investigación y de diálogo con nuestra realidad. (…) Es la primera universidad en el Perú en crear estos premios destinados a los docentes que tienen una práctica creativa en muy diversas áreas, práctica que los enriquece como docentes y que, por tanto, tiene como beneficiarios finales a los alumnos».
¿Qué esfuerzos integra y qué etapas contempla el proyecto?
En el Perú, a un director le demanda un promedio de 7 a 10 años concretar y estrenar un largometraje. Por otra parte, estos filmes solo se pueden hacer si obtienen premios del Ministerio de Cultura y fondos cinematográficos internacionales. Lo trágico, lo paradójico, lo absurdo es que muchas veces estos filmes solo permanecen una semana, o a lo sumo dos, en los cines, porque se diluyen en un panorama de exhibición adverso y saturado por la hegemonía de los blockbusters hollywoodenses. ¡De esa manera, 10 años de trabajo y varios cientos de miles de dólares se esfuman en una semana! Lo más grave de esto es que -al desaparecer pronto de cartelera- se pierde el diálogo que estas películas pueden establecer con la sociedad de la cual surgen y cuyos problemas tematizan. Por eso, es indispensable generar en los entornos académicos la conciencia de ver estas películas el primer fin de semana (literalmente, desde el primer jueves hasta el primer domingo), que es lo único que permitirá que permanezcan en cartelera y puedan, por tanto, cumplir su rol: ser agentes activos de cultura, de diálogo, de representación, de interpelación. En ese sentido, como docente, estoy convencido de la necesidad de convertir estos objetos artísticos -películas o libros sobre memoria histórica- en una experiencia pedagógica para los universitarios y no solo por sus temáticas y contenidos, sino también por lo que suponen como prácticas culturales y artísticas en un medio como el nuestro.
Tal vez por eso me surgió, hace poco, la idea de continuar explorando estos imprescindibles temas de memoria, pero desde otras disciplinas artísticas. Gracias al premio que obtuvimos en el Concurso Anual de Proyectos de Creación PUCP (CAP 2023), la película Álbum de familia expandirá su universo narrativo en la novela gráfica Mientras dura el silencio, que ya estoy escribiendo y que será ilustrada por el pintor peruano Hansel Sato, también egresado de la PUCP. Esto es un auténtico experimento y desafío creativo, pues supone expandir y prolongar un universo ficcional fílmico en otro formato, lo que permite nuevas y diversas posibilidades ficcionales para abordar la complejidad de la memoria histórica. No puedo dejar de mencionar lo curioso que resulta que, aunque todavía no está culminado por cuestiones financieras, Álbum de familia, el tercer filme de la tetralogía, ya tiene una extensión creativa en forma de novela gráfica gracias a este premio de la PUCP.
¿Por qué es importante que la PUCP impulse este tipo de proyectos?
La PUCP ha hecho algo inédito y revolucionario en el Perú: darle estatuto académico a la creación, y reconocer que supone también un proceso de investigación y de diálogo con nuestra realidad. Y, en ese sentido, son productos culturales interesantísimos para el estudio y la investigación posterior sobre ellos como objetos culturales. La PUCP es la primera universidad en el Perú en crear estos premios destinados a los docentes que tienen una práctica creativa en muy diversas áreas, práctica que ciertamente los enriquece como docentes y que, por tanto, tiene como beneficiarios finales a los alumnos, razón y sentido de la Universidad. Por eso, es importante que, así como se da impulso a la investigación, las universidades peruanas emulen lo iniciado por la PUCP y fortalezcan y viabilicen la práctica creativa de sus docentes. Por otra parte, muchos de nosotros no podríamos seguramente crear sin este soporte económico que nos permite, por unos meses, tener la tranquilidad y los recursos para crear. En el caso específico de mi proyecto de la tetralogía fílmica y de novela gráfica, el tema es, como ya he explicado largamente, el de memoria histórica, y, más concretamente, una memoria viva y actuante, para bien y para mal, en el presente de nuestro país y sociedad. Y sobre eso hay mucho que pensar y decir desde la academia.
Los docentes o investigadores que deseen ver La última tarde, disponer del guion y la recopilación de artículos que se publicaron sobre este primer filme de la trilogía del cineasta y docente Joel Calero pueden contactarlo directamente a este mail: jcalero@pucp.edu.pe