Ir al contenido principal Ir al menú principal Ir al pie de página
Institucionales

Dando una mano: en busca de la prótesis propia

Enzo Romero nació sin su mano derecha y estudió Ingeniería Mecatrónica en la PUCP con la idea de, algún día, construir su propia prótesis. Y, junto con un equipo multidisciplinario, lo logró. Esta es una historia de desarrollo tecnológico, pero, sobre todo, de superación y de dar una mano a quien más la necesite.

Vicerrectorado de Investigación
Vicerrectorado de Investigación
Vicerrectorado de Investigación

Créditos y Fecha de Publicación

Publicado el

Si los millones de fans de la saga de Star Wars sintieron un “escalofrío” cuando vieron la escena de El imperio contraataca cuando Darth Vader le corta la mano a Luke Skywalker para luego decirle “Yo soy tu padre”, Enzo Romero, en su natal Urubamba, sintió la motivación para construir la prótesis perfecta. “Yo me veía y decía”, prosigue, “yo tengo ese nivel de amputación”.

Luego, cuando “le colocan la prótesis a Luke -por la tecnología de ese entonces-, no se muestran los mecanismos robóticos de la mano, sino que la hacen pasar como una real. Era la parte del antebrazo la que tenía las secciones mecánicas”, nos relata. “No solo se veía como una mano normal, sino que, además, podía sentir”, agrega. Desde allí, completa, “las decisiones que he tomado han sido para tratar de conseguir eso, en primer lugar, para mí”.

Así, con la idea de algún día construir su propia prótesis, Romero decidió estudiar Ingeniería Mecatrónica en la PUCP.

Luego se incorporó al Grupo de Investigación en Biomecánica y Robótica Aplicada (GIRAB), que lidera el Dr. Dante Elías, docente del Departamento de Ingeniería, y junto con un equipo multidisciplinario –formado por ingenieros, diseñadores industriales, terapistas ocupacionales y psicólogos- se construye una primera prótesis.

Dando una mano

Tras conocer la problemática peruana relativa al acceso de tecnologías de asistencia para personas con discapacidad, en el 2017, surge una iniciativa cuando se obtuvo el financiamiento de Fondecyt; a partir de allí, se hizo un estudio de mercado alrededor del proyecto y se elaboró un plan de negocios.

En ese camino, se estructuró un trabajo en el que la Universidad provee tecnología y una empresa se convierte en el vínculo que permite que las prótesis lleguen a quienes más las necesiten.

Enzo Romero nos dice que el trabajo se realiza en el Laboratorio de Investigación en Biomecánica y de Robótica Aplicada del Departamento de Ingeniería. También se ha contado con la colaboración de la sala de Manufactura Digital VEO 3D en la etapa inicial y el apoyo del Departamento de Psicología.

En ese esfuerzo, Repsol, la primera empresa comprometida con Dando una mano, decide ejecutar con la PUCP, en el marco de un convenio empresa-universidad, el proyecto de responsabilidad social «20 prótesis personalizadas de mano para personas de los distritos de Ventanilla y Mi Perú, Callao».

“Nos interesa mucho que este vínculo universidad-empresa-sociedad civil se siga manteniendo. No necesariamente con nuestro proyecto, sino con tantas otras iniciativas de investigación que ya se encuentran en una etapa a un paso del desarrollo tecnológico y lo que necesitan es, por lo general, exposición”, puntualiza.

La prótesis

Para la prótesis, afirma, se emplea tecnología de fabricación digital. Esto es, no se siguen procesos tradicionales de fabricación, tipo maquinaria pesada, sino que se utiliza un escáner 3D para tomar un digitalizado de la sección amputada del usuario. Con eso, ya no tiene que introducir su brazo en algún tipo de cerámico para que se genere la forma.

“Hemos hecho nuestro propio software en la Universidad para que, con las dimensiones de uno de los dedos -me refiero a su diámetro y longitud-, generemos automáticamente el resto de los dedos de la mano, la palma y, lo más importante, el encaje protésico, porque ninguna amputación es igual a otra”, explica.

Finalmente, dice, “nos valemos de máquinas de impresión 3D para fabricar cada una de las piecitas de la prótesis como si se tratara de un rompecabezas, que luego terminamos ensamblando. Esto sucede tanto en nuestros modelos mecánicos como en los electrónicos”.