Non onan Shina: cuando el campo académico y los saberes ancestrales se encuentran
Pedro Favaron, investigador amazónico y docente PUCP; y Chonon Bensho, reconocida artista shipibo-konibo, presentan Non onan Shina, proyecto ganador del CAP de Creación 2022, que tiene como producto un libro con enfoque interdisciplinario que expresa y congrega, a través de diversas ilustraciones, el saber ancestral. En esta entrevista, Favaron ahonda sobre el proceso de investigación de este trabajo y la vigencia de los saberes ancestrales en la sociedad actual.
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¿Cómo fue el proceso para especializarse en el estudio de las comunidades amazónicas?
Mi propia inconformidad con la sociedad urbana me llevó a buscar respuestas en diferentes caminos espirituales y saberes ancestrales de distintas culturas. Cuando acabé el doctorado en el 2012, me fui a vivir a una comunidad amazónica y conocí a mi esposa, Chonon Bensho (reconocida artista shipibo-konibo), Me di cuenta de la enorme diferencia entre hacer investigación etnográfica como un investigador promedio y, sin abandonar el campo letrado, ser parte de una familia que ha practicado los saberes ancestrales. Y es allí, en la comunidad nativa Santa Clara de Yarinacocha, aprendiendo el idioma y aprendiendo los procesos de iniciación de los médicos tradicionales y sabios, que mi trabajo adquirió una profundidad considerablemente mayor.
¿Cómo surge Non onan Shina y qué plantea a nivel general?
Esta obra es un trabajo colectivo junto con Chonon Bensho en el que hemos realizado investigaciones etnográficas para proponer, en primer lugar, metodologías de investigación académica que se distancien del eurocentrismo, y plantearlas desde las propias ontologías y epistemologías indígenas. También creemos que los saberes ancestrales pueden hacer una crítica de la modernidad hegemónica tan o más valiosa que la teoría crítica occidental y, al mismo tiempo, mostrar alternativas de habitar el territorio y el planeta en mayor armonía con el conjunto de seres vivos.
¿Cómo ha sido el proceso de investigación para desarrollar Non onan Shina?
La investigación la hemos realizado en 10 años. Hemos hecho esta investigación con mucho reposo, participando en las ceremonias y trabajos colectivos, generando relaciones de confianza para que, poco a poco, los sabios nos vayan transmitiendo sus enseñanzas. Además, consideramos que esta investigación no solo tiene un interés intelectual, sino que es un camino de vida porque tratamos, en medio de la modernidad, de seguir practicando alguna de estas enseñanzas para no perder estas raíces.
El trabajo plantea metodologías donde puede haber una conversación respetuosa, en igualdad de condiciones, entre el campo académico y los saberes ancestrales”.
¿Cómo conviven la creación y la investigación en este trabajo?
La creatividad del proyecto reside en plantear una redacción que, sin dejar de ser académica y filosófica, responda a las racionalidades indígenas que suelen expresarse en términos poéticos, allí está la creación. No hay una distancia en nuestro trabajo entre la investigación académica y la creación artística. Hemos intentado disipar esa división.
¿Cuáles son los principales aportes que brinda Non onan Shina?
El primer aporte del trabajo plantea metodologías donde puede haber una conversación respetuosa, en igualdad de condiciones, entre el campo académico y los saberes ancestrales. La propuesta es un aporte al desarrollo de una academia intercultural e indígena en la que los propios estudiantes de comunidades indígenas no vivan su inserción en el campo de académico de manera traumática, sino que encuentren caminos de expresión donde puedan articular los nuevos saberes que adquieren en el campo con aquellos que ya traen desde sus familias.
¿Por qué es importante que desde la PUCP se impulse este tipo de proyectos desde el CAP de Creación?
Para mí, es un motivo de alegría que la Universidad celebre la producción creativa de los docentes porque en el campo de las humanidades, bajo la primacía de criterios tecnocráticos, no siempre se valora la producción literaria, poética o artística de los profesores. No hay una necesidad de confrontación entre ciencia y poesía. Por ejemplo, la mirada poética tiene un aporte fundamental en la sensibilidad de los alumnos en los procesos educativos. La sensibilidad incluso es importante en el campo de la ciencia porque todo avance científico, además del rigor metodológico, parte de una capacidad innata de asombro. Volver a esa raíz que hermana la filosofía, la ciencia y la poesía nos ayuda a escapar de un sistema educativo gobernado exclusivamente por la eficiencia y productividad.