8M: Un encuentro imprescindible para compartir reflexiones y desafíos

¿De qué conversarían una historiadora, una artista de la danza y una bioingeniera? De una infinidad de temas, por supuesto, sobre todo si el contexto es una fecha tan importante como el Día Internacional de la Mujer, que se conmemora este 8 de marzo.

08/03/2024

Margarita Suárez, Mirella Carbone y Sandra Pérez son tres de las muchas destacadas investigadoras que tenemos en la PUCP. Vienen de disciplinas diferentes: la historia, la danza y la bioingeniería. También pertenecen a generaciones distintas. Hasta el momento de esta conversación no se conocían. Quizás -recuerdan al vuelo- se habían saludado en los pasillos de la Universidad, pero no más que eso. Esta es la primera vez que se encuentran para dialogar de sus trayectorias, de la vida académica que comparten, de sus recuerdos y sobre un punto que tienen en común y del que siempre es importante hablar: el desafío y la satisfacción de ser una mujer investigadora en el Perú.  

MARGARITA SUÁREZ: En cuanto a investigación, el Perú que yo conocí cuando era joven era muy precario, si consideramos que las ayudas para investigar prácticamente no existían. Era un problema generalizado, no de género, sino que afectaba a todos por igual. Cuando viajé a hacer mi doctorado a Europa, por mis propios medios, vi otra realidad, que hoy se traslada a un gran apoyo a la mujer en la investigación, incluso con lo que puede llamarse discriminación positiva. En aquella época, cuando volví a Perú, el gran cambio fue por la PUCP, que financia proyectos propios de investigadores, docentes y estudiantes… y eso es una maravilla. Un privilegio, realmente.  

MIRELLA CARBONE: Yo nací en los cincuentas, imagínate, y he comenzado a crear a fines de los setenta. En esa época, en cuanto a artes escénicas, era muy difícil encontrar a una mujer dirigiendo, porque casi todos los que dirigían eran hombres. En cambio, si hoy miras la cartelera verás que está llena de mujeres. Ha habido una transformación importante y detrás de ella hay una historia de resistencia muy larga. Ahora las mujeres están mucho más empoderadas, ya no existe el silencio en el que yo vivía. Yo vengo de la danza, que es un matriarcado y donde los hombres que la practican todavía son señalados como si perdieran su masculinidad, porque el machismo persiste. En mi caso, los problemas eran económicos, pero ahora gracias al financiamiento que está dando la PUCP hemos podido crear e investigar más. 

SANDRA PÉREZ: Qué interesante, Mirella. A pesar de que estamos en áreas bien distintas, puedo ver los frutos del esfuerzo anterior de hombres y mujeres, porque creo que no solamente las mujeres han luchado porque haya igualdad. Ahora tenemos ciertas oportunidades que no existían, como ustedes comentaban. Todavía nos falta un camino importante por recorrer, pero al menos ya tenemos algunos pasos avanzados. En cuanto a mi experiencia en el campo de ciencias e ingeniería, en los primeros años de mi carrera vi mucha menos participación de mujeres, lo que hacía que compitiéramos mucho entre nosotras, porque éramos muy pocas. Ahora siento que hay oportunidades de colaboración diferentes y he tenido muy buenas experiencias trabajando con profesoras de otras áreas. 

MIRELLA CARBONE: Es cierto, hay muchas cosas que arreglar todavía, ¿no? Seguimos en desventaja, incluso con el tema de los sueldos. También está ese trato vertical de hombres a mujeres, del director a las intérpretes, por ejemplo. Antes había mucho abuso ahí, pero ahora se está denunciando. Ha habido también casos de violencia de género. La facultad se ha preocupado mucho por esta problemática y hemos creado todo un equipo para informar sobre estos casos y mantener el bienestar general. 

SANDRA PÉREZ: En mi caso creo que estamos también en un punto intermedio y, al menos en mi experiencia, sigue existiendo ese trato vertical entre hombres que tienen autoridad y las mujeres. Sigue habiendo una administración y una gestión principalmente masculinas también, lo que se nota en el alumnado y los docentes. Pero cada vez somos más las mujeres. Yo ahora estoy como directora de carrera y la coordinadora de mi sección también es mujer. Somos tres profesoras y, como la sección está conformada por cuatro docentes, somos mayoría. El cambio es real, pero no quisiera que promover la igualdad y la participación de las mujeres se convierta en una ruptura con los hombres o en llegar a extremos que tampoco son sanos, sino trabajar y convivir de manera armónica. 

MARGARITA SUÁREZ: En el caso de historia puedo decir que yo dirijo el doctorado, que hay otra mujer que dirige la maestría, que hasta hace poco hemos tenido a la primera historiadora decana en la Facultad de Ciencias Humanas. Hay un cambio y eso también se nota en la Universidad. 

La maternidad y la academia

MARGARITA SUÁREZ: Fíjense, si hubiese tenido más hijos, probablemente no hubiese podido llegar a donde he llegado. ¿Por qué? Porque cuando yo tuve a mi hijo, todavía se consideraba en mi medio que la mujer tiene que cuidar al hijo. El hombre tiene que trabajar, la mujer tiene que quedarse con su hijo. La verdad es que yo quería quedarme con mi hijo, porque animalmente yo quería cuidarlo. Era una mamá gallina, así pasa.

SANDRA PÉREZ: Claro, es que no tienes por qué renunciar a tu hijo.

MARGARITA SUÁREZ: Exactamente. Entonces, eso sí ha sido muy duro. De hecho, por ejemplo, yo recuerdo no haber viajado durante seis años. Nunca me separé de mi hijo. Después ya, porque ya tenía uso de razón. Pero yo no me alejaba. Si hubiese tenido más hijos, imagínate, hasta el día de hoy estaría metida sin salir a ningún lado, ¿no? 

SANDRA PÉREZ: Mamá gallina, mamá gallina…

MARGARITA SUÁREZ: Bien mamá y bien gallina, pero no historiadora (risas).

MIRELLA CARBONE: Yo no soy madre, pero tengo compañeras que han tenido problemas para seguir con sus carreras luego de tener hijos.  

SANDRA PÉREZ: Me parece que este no es un punto que hayamos avanzado, porque realmente sigue siendo una dificultad. Yo tampoco tengo hijos, pero sí estoy en el momento en el cual debería decidir si voy a tenerlos. En caso los tenga, mi carrera no podría seguir el mismo camino que llevo en este momento.

Una mirada al extranjero

MIRELLA CARBONE: He viajado mucho con el conjunto de una obra que tiene que ver con el tema de género, con la violencia contra la mujer, que es recurrente en mi investigación desde que tengo uso de razón. Encontré mucho éxito en esos países en donde he estado y me llamó la atención que luego de las obras hubiera un foro de conversación, que se dialogue sobre estos temas. Siento que allá afuera están mucho más avanzados que en nuestros procesos, incluyendo el nivel de análisis de una obra. 

SANDRA PÉREZ: En mi experiencia estudiando afuera el pregrado, la maestría y el doctorado vi avances en el tema de género y entendí que estas cuestiones son proporcionales a las realidades sociales y económicas que tiene determinado país. En los países latinoamericanos no hay igualdad de oportunidades de educación y la situación económica además es difícil. ¿Cómo estudiar? ¿Cómo producir y generar impacto en estas condiciones? La educación es fundamental. Un hombre educado es un hombre que ya es consciente de que la responsabilidad de los hijos no es solo de la esposa, sino que es una responsabilidad compartida. A medida que podamos tener esa educación para todos, que tengamos mejores condiciones laborales, sociales y económicas, y que el congreso del país se dedique a trabajar temas importantes, se va a generar conciencia. 

MARGARITA SUÁREZ: Uf, para el caso de historia, bueno, he podido ver para los jóvenes doctorandos europeos, tanto mujeres como hombres, que la lucha es encarnizada en ambos géneros. Hay muy pocas plazas y tienen que publicar como locos, desde que están críos. Apenas salen del pregrado tienen que comenzar a publicar y seguir publicando, más todavía cuando son doctorandos. No pueden dejar de publicar nunca, sino jamás van a conseguir un trabajo decente en ninguna parte del grupo. Y menos donde ellos quieren. La presión que hay para los jóvenes es enorme.

Experiencias adversas por ser una mujer profesional

MARGARITA SUÁREZ: Han sido incontables. Todos los días. Antes, eso sí, porque ahora no se atreven. Pero antes… ¡por el amor de Dios, podría necesitar un rosario! He tenido que hacer un trabajo muy coherente para poder mantenerme en la academia y alcanzar lo que he logrado.

MIRELLA CARBONE: Sí, claro que las he tenido también. Yo siempre he sido un poco silenciosa, por eso me dediqué a la danza, porque me expreso mejor con el movimiento. Sin embargo, he tenido los ojos muy abiertos y he visto cosas terribles desde chiquita. Y creo que por eso comencé a interesarme por las mujeres que estaban luchando en esas épocas, en los setentas. Tengo este proyecto que se llama Cuerpo Intervenido, que es financiado por la Universidad, gratuito para el público. Con él, por medio del cuerpo, trabajaba el tema la violencia contra la mujer. Todos los años escucho, no solamente en este taller, sino también con mis alumnas y mis alumnos, porque los hombres también sufren de lesiones, de violencias. Y también ellos son conscientes de lo que les sucede a sus hermanas, a sus amigas o a su madre. Y entonces salen ahí los temas. Es rico poder compartirlos también. 

SANDRA PÉREZ: Totalmente. Bueno, a mí también me han pasado estas cosas en mi vida académica. Me tocó desafortunadamente cruzarme con estos hombres que se creen dueños de todas las mujeres que trabajan para ellos, porque creo que esa era su idea. Y como dueños, podían disponer de nosotras a su antojo en cualquier aspecto. Y si no nos gustaba, pues ellos decían “mira qué haces, porque yo soy el dueño de esto”, ¿cierto? Fue una manera difícil de aprender lo que ahora sé y lo que he podido sacar de bueno de esto es apoyar ahora a mis alumnos y alumnas. Es algo que, a pesar de que hemos avanzado, desafortunadamente existe aún para muchas de nosotras. 

ELLAS SON