Utilizando los ítems positivos y benevolentes de la escala de Asunciones Básicas de JanoffBulman se construyó un índice de resiliencia. Este se asoció a mayor vivencia de orgullo y percepción de
un clima de solidaridad y de emociones positivas en el entorno, como reacción al 11-M. Además se asoció y predijo un estilo de afrontamiento de reconstrucción positiva de la respuesta a los hechos, así como una mayor afectividad positiva, mayor integración y mejor clima socio-emocional percibido a los dos meses. El afrontamiento de reconstrucción
positivo de las reacciones intra e interpersonales medió el efecto de la resiliencia en la afectividad positiva. La inferencia de beneficios en la reacción colectiva (ser más solidarios, reforzar la sensibilidad ante la violación de DDHH) medió totalmente la influencia de la resiliencia en la mejora de la percepción del clima emocional a los dos meses. La resiliencia también se asoció a una mayor intensidad de las emociones negativas, a diferencia de la perspectiva de Tugade y Fredrickson (2004). Los resultados se discuten desde la perspectiva de la regulación emocional madura (Labouvie-Vief, 2003). La interrelación y dependencia de los efectos positivos de la resiliencia en el clima social de solidaridad y emociones colectivas positivas se discute desde el marco de la resiliencia como un rasgo disposicional cuyo afrontamiento adaptativo es facilitado por el contexto social.