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NI UN MUERTO MÁS. ALTO A LAS AMENAZAS A LA VIDA Y LA DEMOCRACIA. Pronunciamiento GICO ante la coyuntura política peruana (Diciembre, 2022)
NI UN MUERTO MÁS. ALTO A LAS AMENAZAS A LA VIDA Y LA DEMOCRACIA.
1- En momentos de dolor por la pérdida de vidas y de gran incertidumbre para el país, exigimos un alto a la militarización en curso, y alertamos sobre cualquier intento autoritario de cerrar caminos para el diálogo y consenso necesarios.
2- Rechazamos el estado de emergencia y el terruqueo y convocamos a los actores sociales y políticos a manifestarse sin violencia, superando intereses particulares.
Como investigadores sociales del GICO, desde distintas partes del país, creemos que debemos contribuir a la formación de espacios para el diálogo, el análisis y el debate. Adherimos al pronunciamiento adjunto:

Quienes suscribimos, personas que trabajan temas de memoria histórica y pasado reciente, hacemos un llamado al alto al fuego, el predominio del diálogo, el respeto irrestricto por los derechos humanos, y la defensa de la integridad y de la ciudadanía que protesta en todo el país.  

Por ello, solicitamos con urgencia:

  • Desactivar los dispositivos legales y administrativos que incrementan el riesgo de la población a sufrir afectaciones en su integridad: estado de emergencia, toque de queda, presencia militar, uso de armas de fuego letales y no letales, uso de vehículos pesados, empleo de personal de seguridad no identificado, etc.  
  • A las autoridades, ejercer sus funciones para hacer política, entablar diálogos y emprender procesos de negociación respetuosos con la ciudadanía, y no limitarse a ejercer la represión.
  • Detener la estigmatización, ninguneo y “terruqueo” hacia la población movilizada, en tanto este discurso facilita y casi justifica ejercer violencia indiscriminada sobre ella.
  • Supervisar con personal civil del Poder Ejecutivo y con miembros de la Defensoría del Pueblo y del Ministerio Público el accionar de la policía, en tanto se ha constatado esta semana y existen antecedentes, de un uso desmedido de sus prerrogativas, como es el uso excesivo de la fuerza y prácticas que solo traen como recuerdo situaciones de violencia anteriores (detenciones arbitrarias, malos tratos, tortura), disparos al cuerpo con perdigones, y uso de granadas lacrimógenas desde helicópteros.
  • Exhortamos a los actores políticos a actuar con responsabilidad, cuidando el lenguaje empleado en situaciones delicadas, evitando aumentar la vulnerabilidad de la ciudadanía movilizada.
  • A los demás actores, los invocamos a actuar con responsabilidad. Esto quiere decir, asumir el desafío de este momento, ceder en sus intereses grupales, y trabajar en una salida pacífica a la coyuntura. Apresurar las decisiones legislativas en torno del adelanto de las elecciones, en tanto cada minuto que pasa es un riesgo para la población.
  • Se requiere investigar los atentados a la integridad de la ciudadanía, así como las muertes ocurridas, que hasta el momento suman veintiún personas, incluyendo menores de edad. 
  • A los otros actores, como el Acuerdo Nacional o la Asamblea de Gobiernos Regionales, les solicitamos convocar con urgencia, incluyendo en lo posible a representantes de los ciudadanos y ciudadanas movilizados.
  • A la ciudadanía, que ejerza su derecho a la protesta sin violencia, respetando los derechos de los demás ciudadanos y ciudadanas que no participan de la protesta, así como de los peruanos y peruanas que forman parte de las fuerzas de seguridad. 
  • A la comunidad nacional e internacional, les pedimos interponer sus buenos oficios para promover salidas pacíficas y sin más costo social, en el marco del respeto a la democracia y los derechos humanos.
  • Invocamos a los congresistas y a los representantes del ejecutivo a una toma de decisiones justa y célere. Cada minuto que demoran las decisiones sobre el adelanto de elecciones, nuestros compatriotas son expuestos a riesgos potencialmente mortales.
  • Expresar nuestro profundo pesar y condolencias por las personas fallecidas producto de este estado de crisis, exigir el esclarecimiento de estas muertes y el trato diligente hacia sus familias. El luto y la memoria de estos ciudadanos y ciudadanas es un derecho que nos corresponde a todos construir y respetar.

Es un momento grave, que requiere del esfuerzo democrático y constructivo de todos los actores políticos y sociales, para poder solventarlos con paz, con diálogo y sin exclusiones. El país en su bicentenario, aún tiene reservas de dignidad y templanza que son necesarias para la reconstrucción de nuestra democracia y nuestro proyecto de una comunidad digna.  

16 de diciembre de 2022

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