El presente artículo se centra en los factores que dieron estabilidad a la gestión del ex presidente regional de Áncash, César Álvarez, durante casi dos periodos consecutivos (2006 – 2013). De esta manera, la investigación se enfoca en el desarrollo de redes clientelares y de patronazgo que fortalecieron los nexos que estableció con la ciudadanía, proporcionándole apoyo constante. Asimismo, aquellas prácticas le sirvieron de blindaje ante cualquier acto de fiscalización o investigación. Por último, el gasto público, en gran parte producto del canon minero, hizo que Álvarez se demuestre como una autoridad eficiente al promocionar grandes obras de infraestructura en la región.