El sistema de partidos chileno ha sido considerado como uno de los más institucionalizados de América Latina. Sin embargo, el país vive una crisis de representación política. El objetivo de este artículo es mostrar empíricamente cómo se manifestó esta crisis en la votación de los ciudadanos en las elecciones presidenciales de 2009. Utilizando datos de opinión pública, se muestra que la percepción sobre el funcionamiento de la democracia y la confianza en los partidos distingue a los votantes de Marco Enríquez-Ominami (ME-O). Se argumenta que el sistema de partidos vive un proceso de incipiente desinstitucionalización pero que, al mismo tiempo, el liderazgo de ME-O no puede ser definido como populista. A diferencia de Venezuela, es improbable que la crisis desemboque en la descomposición del sistema de partidos, ya que no se ha dado una interacción de factores como la crisis económica, la presencia de un líder carismático con discurso antisistema o la permisividad de las reglas electorales.
Autor(es):DOŠEK, Tomáš y Flavia FREIDENBERG.
Año: 2014
Título de la revista: Revista SAAP
Volumen: 8
Número: 1
Página inicial - Página final: 11-42
ISSN: 1666-7883
Url: http://www.scielo.org.ar/pdf/rsaap/v8n1/v8n1a01.pdf