Por: Patricia Ruiz Bravo y Aranxa Pizarro
Directora y coordinadora de la Cátedra Unesco de Igualdad de Género en Instituciones de Educación Superior
La violencia de género es uno de los problemas más acuciantes que enfrenta nuestro país. En el 2022, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) registró 154,202 casos atendidos de víctimas de violencia en el Centro de Emergencia Mujer, siendo 133,436 de estos casos mujeres.
Asimismo, de acuerdo con el último informe de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES 2023), el 54.3% de las mujeres, entre 15 y 49 años, ha sido víctima de violencia por parte de su esposo o compañero en algún momento de sus vidas. Esto significa que 1 de cada 2 mujeres, en ese rango de edad, ha sido víctima de violencia en el país. Además, de acuerdo con la Defensoría del Pueblo, hasta octubre del 2023 se han llevado a cabo 128 feminicidios en el país. Estas cifras son mayores que las reportadas en el 2022.
Con el objetivo de contribuir a la prevención de la violencia de género de manera articulada con otras universidades del país, venimos desarrollando el proyecto «Violencia contra las mujeres: fortaleciendo la prevención desde la Academia (PUCP)». Este programa es liderado por el Grupo de Investigación en Estudios de Género de la PUCP y financiado por la Unión Europea y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
A través del proyecto, buscamos trabajar la prevención de la violencia desde una mirada interinstitucional que involucre a universidades de diversas regiones del país. Esto, con el objetivo de hacerle frente a la violencia de forma articulada, cohesionada y firme desde nuestras instituciones de educación superior. Para ello, venimos trabajando, desde inicios del 2022, en la elaboración de enfoques académicos rigurosos, la generación de procesos sistemáticos de análisis y reflexión, así como la identificación de espacios de incidencia donde podamos colaborar entre docentes, estudiantes, personal administrativo, autoridades y sociedad civil.
Uno de los componentes esenciales de este proyecto ha sido la realización de una encuesta de opinión pública en noviembre de 2022 la cual abarcó una muestra representativa, a nivel nacional, de hombres y mujeres mayores de edad que residen en áreas urbanas. La investigación y generación de evidencia son fundamentales para poder desarrollar estrategias de prevención pues es necesario entender e identificar los mecanismos concretos de violencia y hostigamiento sexual para poder desarrollar estrategias que sean efectivas y sensibles al contexto regional y local.
Así, a través de metodologías mixtas, se realizaron seis investigaciones que dan cuenta de lo que sucede en seis regiones del Perú.
En la sierra norte del país, la profesora Francesca de Denegri, en colaboración con Rocío Silva Santisteban y de Raúl Rosales, trabajaron con ronderos y ronderas, así como con estudiantes y docentes de la región Cajamarca. Su estudio se enfocó en la construcción de la masculinidad y sus efectos en la violencia de género.
Por su parte, la profesora Narda Henríquez, con el apoyo de Gina Arnillas y Nora Cárdenas, investigó en la sierra central, las políticas y estrategias sobre violencia de género en Ayacucho. Su trabajo incluyó entrevistas a docentes, estudiantes, miembros de la sociedad civil y gobierno regional. Por otro lado, la profesora Marisol Fernández, en colaboración con Valeria Mandujano, analizó cómo se viene trabajando la prevención del hostigamiento sexual en el ámbito universitario en cuatro regiones: Arequipa, Cuzco, Iquitos y Lima. Su investigación resalta la cultura del silencio e impunidad que se mantiene en las universidades.
En la ciudad de Lima, la investigación de las profesoras Fanni Muñóz y Angélica Motta, con el apoyo de Julián Mezarina, evidenció la falta de estrategias de prevención de la violencia en los campus universitarios y la necesidad de implementarlas.
Asimismo, y desde una perspectiva más global, la profesora Susana Reisz, con el apoyo de Yanile Velarde, analizó los estereotipos de género, la discriminación de género y violencia que experimentan mujeres que están en la política, en los medios de comunicación y en las redes. Su estudio ha puesto en evidencia el muro patriarcal que enfrentan estas mujeres y las consecuencias que tienen en su trayectoria laboral y política.
Finalmente, la profesora Pepi Patrón, con el apoyo de María Grazia Sibille, trabajó la relación entre el género y la falta de participación generalizada de las mujeres en las esferas públicas de poder político en el Perú a través de la encuesta nacional urbana mencionada previamente. Su estudio resalta el vínculo entre la ausencia de mujeres en el poder y la perpetuación de la violencia de género en el país.
Considerando la prevalencia de la violencia de género en las universidades y las terribles consecuencias que esta tiene en las comunidades universitarias, la cual afecta predominantemente a estudiantes mujeres, es fundamental preguntarnos ¿qué universidades queremos tener en el 2024? ¿Qué valores queremos promover en nuestras aulas? ¿Qué ejemplo queremos darle a nuestrxs estudiantes?
Si como docentes no nos comprometemos con la prevención de la violencia de género y la tolerancia cero a cualquiera de sus manifestaciones, no estamos fomentando los valores humanistas que defiende nuestra Universidad. Respetar la dignidad humana, la diversidad, la democracia, así como promover la inclusión social, la tolerancia y la justicia supone necesariamente comprometerse con la lucha por la erradicación de la violencia de género.