Columna publicada en Punto Edu, Año 10 N°331. También disponible aquí.
El negacionismo peruano frente al cambio climático
Por Fernando Bravo, Docente del Departamento de Ciencias Sociales
La cada vez más recurrente presencia del cambio climático (CC) en el debate nacional pareciera estar generando la imagen que se trata de un problema reconocido por todos los estamentos de la sociedad, quienes aceptan que sus efectos se sentirán, indefectiblemente, en el mediano o largo plazo, y ante el que los peruanos deberán responder con lo mejor de sus fuerzas y capacidades.
Diversos hechos refuerzan esta percepción. La COP 20 de diciembre próximo, la realización de numerosos foros sobre el tema, la presentación de varios proyectos de ley en torno al CC, la continua aparición de notas y editoriales periodísticas, todos ellos dan cuenta del grado de efervescencia e interés suscitados.
Con la finalidad de conocer el nivel de involucramiento de algunos actores políticos respecto de los asuntos ambientales, emprendí una revisión de fuentes secundarias y periodísticas en búsqueda de hechos y declaraciones de los sectores de derecha (políticos, empresarios y opinantes públicos) respecto al CC y los conflictos ambientales, documento que presenté en el reciente Congreso Latinoamericano de Conflictos Ambientales, organizado por la Universidad General Sarmiento, en Buenos Aires. Mi expectativa era encontrar en los tres segmentos mencionados posiciones que mayoritariamente aceptaban los riesgos del CC, pero que miraban con preocupación el devenir de los conflictos ambientales. Sin embargo, no esperaba encontrar actores que negaran la inminencia del CC, en sintonía con los grupos escépticos y negacionistas que abundan en algunos países del hemisferio norte.
Fue llamativo encontrar un alto nivel de consenso en los referidos sectores sobre el CC: líderes políticos como Lourdes Flores Nano, Alejandro Toledo, Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski aceptan la inminencia del CC y la necesidad de adoptar medidas de adaptación. Por el lado de los empresarios, de igual modo, se reconoce al CC como un problema y se aprecia disposición a colaborar con el Estado en los esfuerzos respectivos. Incluso sus representantes aducen que la única vía para tener un crecimiento económico de largo plazo es reducir el riesgo climático. Los comentaristas mediáticos alineados con la economía de mercado también se muestran receptivos frente al CC, admiten la vulnerabilidad del país e incluso reclaman un compromiso mayor por parte del gobierno. En cuanto a los conflictos ambientales, por el contrario, los tres bloques se muestran muy críticos, bastante prejuiciosos frente a las poblaciones que se movilizan e impetuosos partidarios del principio de autoridad. Hasta aquí no hube de encontrar trazas de posiciones negacionistas del CC, salvo ciertas declaraciones del ex presidente Alan García, quien se ha mostrado pesimista frente a los resultados de las sucesivas cumbres mundiales sobre el ambiente.
Sin embargo, en una segunda revisión más exhaustiva advertí que en las redes sociales (facebook y blogs) aparecían voces que descalificaban los informes sobre el calentamiento global por “alarmistas” o por estar plagados de “anuncios apocalípticos”, argumentando que los cambios climáticos siempre se han producido en el planeta y que los sectores que se reúnen para discutirlo están conformados por “ecologistas integristas” y ex izquierdistas reciclados. No tengo la evidencia para señalar qué tan amplias o minoritarias son estas posturas, pero ya están haciéndose escuchar; aunque, claro, no se expresan en las posiciones oficiales o institucionales de los políticos, los empresarios y los comentaristas mediáticos examinados.
Es cierto que en el Perú no existen partidos, corrientes de opinión y expertos que nieguen la realidad del CC al estilo de los que operan en Estados Unidos, como sectores del partido Republicano y algunos especialistas que cuestionan los informes del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático y la literatura científica implicada. Sin embargo, acaso más por razones ideológicas que crematísticas (en Norteamérica se sabe que el sector petrolero ha financiado informes que siembran la duda sobre la inminencia del CC y sus orígenes antrópicos), en el Perú cierto sector conservador comienza a articularse para descalificar a todos aquellos que muestran una actitud seria, académica y comprometida frente a este tópico.
Reconozcamos que el CC no es un asunto de bordes exclusivamente académicos y científicos. Al haberse convertido en una narrativa global, que no llame la atención el haberse convertido en un campo de batalla política. Lo embrionario de las posturas negacionistas del CC en el Perú no es razón para no continuar con los esfuerzos de hacer que el país se informe mucho mejor y que las instancias respectivas adopten las acciones que les competen. Lamentablemente, la certeza científica no es suficiente para anular el escepticismo y la inacción. Por ello, el frente político y mediático es una dimensión que los sectores comprometidos seriamente con el CC tendrán que ocupar de forma responsable.