Inicio: 03/10/2018
Fin: 05/10/2018
En la historia del pensamiento occidental, la reflexión estética no ha ocupado un lugar preponderante. Ello se debió, en parte, a que se entendió a la sensibilidad como mera recepción pasiva, enfrentada incluso al entendimiento. Y aunque la imaginación fue considerada como una facultad productiva, se la entendió como ajena al ideal de objetividad al que la tradición filosófica aspiraba. El surgimiento de la estética, como disciplina autónoma en el siglo XVIII, coincidió precisamente con el momento en que la razón, como facultad superior, pretendía alcanzar con mayor ambición una explicación global del mundo y sus fenómenos, a la vez que empezaba a mostrar sus grietas, primero frente al empirismo y luego frente al romanticismo. El proyecto de la estética se propuso, pues, como una integración entre la razón y la sensibilidad, con la idea de que tal conjunción era necesaria para dar plenitud a la vida humana y a su relación con el mundo. Por lo mismo, la estética amplió su objeto de estudio, del mundo del arte a todo ámbito del conocimiento, comprendiendo que en todos ellos la aisthesis constituye un estrato básico, ineludible y muchas veces determinante.
Sin embargo, pronto la joven disciplina tuvo que enfrentar nuevas críticas y sufrió varias transformaciones. Así, por ejemplo, desde el siglo XIX, la perspectiva del contemplador, privilegiada en sus orígenes, fue paulatinamente desplazada por la perspectiva del creador. Por otra parte, se fue cuestionando la pertinencia de la reflexión para la sensibilidad y se las fue separando en la vida cotidiana, mientras que el arte asumía un carácter cada vez más reflexivo y deliberadamente anestésico. También empezó a hablarse de “filosofía del arte” en lugar de “estética”, con la idea de que referirse al estudio del arte como estética era cederlo al empirismo y reducir sus conceptos a explicaciones meramente psicológicas. Esta propuesta no era un simple cambio de términos, sino la genuina convicción de desarrollar una ciencia filosófica del arte, con principios absolutos y universales, muy por encima de la sola experiencia. Ello contribuyó a que se separara lo estético de lo artístico, al punto que, en el siglo XX, autores como Max Dessoir sostendrían que de lo sensible bien podía ocuparse la disciplina estética, pero que en cuanto al arte sólo era competente una teoría general del arte. Ello fue de la mano con el surgimiento de otras aproximaciones que pretendieron estudios más empíricos: la historia, la antropología, la sociología y la misma psicología del arte.
En el siglo XX, la estética debió responder también a otros autores que sostuvieron un rechazo hacia ella. Martin Heidegger, por ejemplo, consideraba a la estética como parte del afianzamiento de la subjetividad moderna y de la disgregación de las artes. Proponía por ello su remisión, con el fin de recuperar una concepción unificadora del arte, ajena a la relación sujeto-objeto y con la que se comprendería su carácter ontológico (revelador de verdad), en lugar de reducirla a un valor antropológico (expresivo de la vida del hombre). Una crítica similar es la del más reciente “giro especulativo”, que critica el subjetivismo en la estética por implicar la subsunción de la realidad a la representación y que propone abordar la aisthesis más bien desde una ontología enteramente objetiva. Otros proponen “naturalizar” la estética, con lo cual se refieren a que toda experiencia estética, incluyendo la del arte, debe ser entendida exclusiva o prioritariamente como el resultado de procesos o motivaciones naturales, cognoscibles sólo a través de métodos biológicos, neurocientíficos u otros similares.
La Escuela de Frankfurt, sin embargo, alentó desde un interés histórico y social la renovación de la estética. Allí tenemos autores como Theodor W. Adorno y Walter Benjamin, pero también otros más recientes como Jacques Rancière o Martin Seel, por señalar tan sólo a dos herederos de esa tradición con enfoques muy distintos. En paralelo, la escuela fenomenológica ha desarrollado un interés cada vez mayor por estudiar tanto la experiencia estética como la actividad artística, con análisis trascendentales de la percepción, la imaginación, la emotividad, la corporalidad, etc. Destacan allí estudios como los de Maurice Merleau-Ponty, Jean-Paul Sartre, Mikel Dufrenne y, más recientemente, Günter Figal y Paul Crowther, entre otros. Por último, los historiadores del arte han vuelto también a dialogar con la tradición estética, como es el caso del historiador y curador Georges Didi-Huberman.
La diversidad de perspectivas y nociones caracteriza a la estética como disciplina filosófica en la actualidad, y, a la vez, muestra su pertinencia junto con otros enfoques para abordar diversos problemas de nuestro tiempo. De cara a esta compleja diversidad y a la polémica sobre su pertinencia, el Grupo de investigación en Arte y Estética de la PUCP organiza el congreso internacional “Las razones de la estética”, a llevarse a cabo en Lima, en el campus de PUCP, del 3 al 5 de octubre, con el objeto de analizar, debatir y tender puentes entre los diversos sentidos de la estética, así como de destacar su relevancia en las discusiones filosóficas y en las sociedades contemporáneas.
Ejes temáticos:
Los principales ejes temáticos del Congreso son los siguientes:
- Actualidad de la estética
- Autonomía y soberanía de lo estético
- Estética, anestética, anti-estética
- Estética e historia del arte
- Estética y ética (política, sociedad, mundo del arte)
- Estética y prácticas o tecnologías artísticas
- Estética y teoría o filosofía del arte
- Historia de la estética y de las artes
Organización
El Congreso es organizado por el Grupo de Investigación en Arte y Estética de la Pontificia Universidad Católica del Perú, con la colaboración del Centro de Estudios Filosóficos, el Departamento de Humanidades, el Vicerrectorado de Investigación, la Dirección de Gestión de la Investigación, la Facultad de Letras y Ciencias Humanas, la Escuela de Posgrado y la Facultad de Estudios Generales Letras de la misma universidad.
Comité honorario: José de la Puente (decano de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas), Carlos Garatea (decano de la Facultad de Estudios Generales Letras), Francisco Hernández (jefe del Departamento de Humanidades) y Pepi Patrón (vicerrectora de Investigación).
Comité científico: Domingo Hernández (Universidad de Salamanca), Ricardo Ibarlucía (Centro de Investigaciones Filosóficas, Argentina), Rosemary Rizo-Patrón (Pontificia Universidad Católica del Perú) y María Jesús Vázquez Lobeiras (Universidad de Santiago de Compostela).
Comité ejecutivo: Cristina Alayza, Josimar Castilla, George Clarke, Julio del Valle, Kathia Hanza, Raymond Ocampo, Roger Pérez, Arturo Rivas, Ricardo Rojas y Santiago Vera.
Coordinación general: Julio del Valle
Secretaría de organización: Cristina Alayza, Eliana Mera, Arturo Rivas
Arte y diseño gráfico: Paola Franco, Gisella Scheuch
Mayor información en nuestra página web.
Videograbación de las conferencias plenarias:
- Domingo Hernández (Universidad de Salamanca): «La Estética, la ironía, lo extraño»
- Carlos Ossa (Universidad de Chile): «Los disturbios lúdicos. Protesta estética en el postcapitalismo»
- Ciro Alegría Varona (PUCP): «La jaula de oro, o cómo el arte escapa de lo artístico»
- María Jesús Vázquez (Universidad de Santiago de Compostela): «La aesthetica de Alexander Gottlieb Baumgarten como vindicación de la sensibilidad»
- Ricardo Ibarlucía (Universidad Nacional de San Martín / Centro de Investigaciones Filosóficas, Argentina): «La Madonna Sixtina de Rafael Sanzio: ¿altar o cuadro?»
- Julio del Valle (PUCP): «Los sentidos de la Estética»
- Gabriel Cabello (Universidad de Granada): «Sobre el giro antropológico en historia del arte: Imágenes y fronteras»
- Kathia Hanza (PUCP): «La estética: razones en favor de lo que tiene valor»
- Rodrigo Duarte (Universidade Federal de Minas Gerais): «Modos de presencia en las manifestaciones estéticas contemporáneas»
- Peter Osborne (Kingston University, Reino Unido): «Happy Anachronism: Luis Camnitzer and the Aesthetics and Politics of Conceptual Art»