El nuevo orden académico

31/08/2016

Por Santiago Alfaro Rotondo – Jefe de la Oficina de Evaluación de la Investigación (1)

A nivel mundial, las universidades que deciden ubicar a la investigación en el centro de sus objetivos y actividades tienden a adoptar nuevas reglas. Canalizar el conocimiento a través de revistas indizadas por Web of Science o Scopus, escalar en rankings universitarios, y medir la producción y calidad académica a través de indicadores bibliométricos son las más importantes.

Todas expresan el desarrollo de una serie de procesos que han transformado a la academia a lo largo de las últimas décadas. Entre estos se encuentran la internacionalización de la circulación del conocimiento y de las actividades de investigación científica, el posicionamiento del inglés como lengua vehicular de la ciencia, la expansión de las tecnologías digitales, la concentración de la industria editorial académica y el auge de lógicas de mercado en la gestión de la educación superior.

Sin duda, las nuevas reglas estimulan la meritocracia y creación de nuevo conocimiento. Sin embargo, cuando son aplicadas ciegamente, también tienen otros alcances. En el campo de la evaluación impulsan solo el incremento de la influencia ejercida por los resultados de las investigaciones en la comunidad científica (impacto académico), no en las sociedades de las que forman parte las universidades (impacto social). En la comunicación científica, favorecen la circulación del conocimiento a través de revistas anglófonas, antes que otros tipos de publicaciones de alcance local o regional. En la carrera docente, instituyen principios de consagración académica que benefician a los investigadores internacionalizados sobre los que desarrollan sus actividades en circuitos domésticos.

Como consecuencia de lo anterior, se puede llegar a frenar la innovación, al inclinar el apoyo a temas de investigación con mayores probabilidades de citación, así como motivar prácticas de discriminación hacia disciplinas que usan el libro como vehículo de comunicación y se dirigen a audiencias nacionales o latinoamericanas, tal como sucede con el derecho, las ciencias sociales y las humanidades. Asimismo, otro efecto que ha podido comprobarse en algunos países es la consolidación de jerarquías capaces de reproducir desigualdades entre comunidades académicas.

Por todas esas razones, el nuevo orden generado ha motivado críticas y nuevos enfoques. Entre las primeras están las señaladas en la Declaración de San Francisco y el Manifiesto de Leiden, documentos formulados por científicos que recomiendan usar las métricas cuantitativas para valorar lo calidad de la investigación solamente como herramientas complementarias a los juicios de los evaluadores pares. Entre los segundos se encuentran las políticas de acceso abierto e impacto social de la investigación, dirigidas a democratizar el conocimiento mediante repositorios y revistas libres de pago, y promover el uso de la investigación para cambiar las sociedades, respectivamente.

El 1 y 2 de septiembre, en el Auditorio de Humanidades, cinco ponentes extranjeros y más de 20 nacionales, discutirán todos estos contenidos en el seminario internacional ¨El nuevo orden académico: debates contemporáneos sobre la calidad y el impacto social de la investigación¨. Con su organización, el Vicerrectorado de Investigación de la PUCP busca contribuir al desarrollo de políticas universitarias que prioricen la creación de nuevo conocimiento de forma reflexiva y participativa. El Seminario podrá ser seguido por Internet. En redes sociales se identificará a través del hashtag #NOA.


(1) Publicado en: PuntoEdu, año 12 N.382, edición del 22 al 28 de agosto del 2016, página 6.